A inicios de Siglo XX la diva, famosa actriz y cantante mexicana Esperanza Iris, creó uno de los espacios más sobrecogedores de la ciudad de México. Era conocida como “la reina de la opereta”, y como practicante profunda de su profesión, amaba las artes escénicas. Esta chica fue la mente creadora del Teatro de la Ciudad, incrustado en una de las calles más bellas del Centro Histórico de la ciudad de México. Gracias a su espacio se ampliaron en la urbe las ofertas de producciones musicales, danza, teatro, ópera, opereta, zarzuela, etcétera.
Hoy, el Teatro de la Ciudad ofrece eclécticos espectáculos de gran formato, desde festivales de cine hasta conciertos de orquesta. Aunque su oferta de eventos es espectacular, en realidad es una experiencia exquisita el solo hecho de habitarlo por unas horas y contemplarlo. Encontrarás más de 1,300 cómodas y acolchonadas butacas, que memoran la experiencia clásica de ir al teatro, donde el espectador era público pero también partícipe, y tanto, que los eventos eran cuasi clasificados como sociales, como un gran salón de fiestas donde la contemplación integral es la vívida virtud del espectáculo.
Los bacones, alfombras, cortinas y acabados, y esa sensación de un semicírculo inagotable de personas que magnifican tu experiencia de asistente se consuman en este espacio que, discretamente, está adornado con un estilo neoclásico que honra el afloramiento de la Ilustración.
Es uno de los sitios más cálidos y envolventes de la ciudad; uno de los más queridos y mejor preservados. Aquí sentirás un gozo por los rincones exquisitos que ofrece la ciudad de México, joyas discretas y con historia, que se funden con la vanguardia cultural.
Donceles 36, colonia Centro, ciudad de México.