Cuando se observan fotografías áreas de la ciudad de México la vista llega, no sin sorpresa, a una vasta superficie de techos metálicos tan uniformes, tan idénticos entre sí que de pronto parecen interminables, la coraza de una ciudad dentro de la ciudad, una zona de excepción que sin embargo está inserta de lleno en la dinámica urbana: la Central de Abasto del Distrito Federal.
El mercado de los mercados, en donde la intensa actividad comercial propicia prácticas como esta que quedó consignada en el documental Ciudad Huacal, dirigido por Christoph Müller en 2007, con fotografía de Víctor Vargas Villafuerte.
Como sabemos, los huacales son esas cajas de madera en donde se transportan los alimentos que llegan hasta nuestra boca, un medio bastante práctico porque se apilan fácilmente, porque son ligeros y también porque son reparables. Y esa vida útil de los huacales es lo que se muestra en este breve documental: cómo un huacal pasa por las manos de personas cuya habilidad consiste en algo como sanar las heridas de combate de los huacales, repararlos para que sirvan tanto como puedan.
Se trata, en suma, de una biografía inesperada de uno de los objetos más emblemáticos y curiosamente más discretos de nuestro paisaje citadino.