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Top 20: Supersticiones MXCicanas (Fotogalería)

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La superstición y la creencia de que se puede atraer la buena suerte y alejar la mala forma parte de la psique humana. En los puestos de muchos mercados se ofrecen yerbas, huevos, amuletos, estampas, velas, polvos, dijes, imágenes, cruces, listones, calaveras, piedras de colores, pulseras, collares y un sinfín de cosas que prometen salud, amor, dinero y mucho más. Es decir, ofrecen a quienes las usan dominar y modificar sus circunstancias.

Todos estos objetos y conjuros son parte integral del pensamiento mágico mexicano, que se basa en atribuirle mayor efecto a una cosa, persona o evento del que tiene en realidad. Es una falacia causal que supone relaciones significativas entre ciertos actos y ciertos sucesos. Como cuando un apostador cree que al soplarle a los dados mientras le reza a San Judas aumenta la posibilidad de una tirada favorable. Es decir, el que sople o no sople, no tiene un efecto cuantificable sobre su tirada. Por algo hay leyes contra arreglar peleas o marcar una baraja, mas no se legislan las sopladas de dados o las rezadas a San Judas. En casos de incertidumbre, como los juegos de azar o las caderas de Shakira, la tendencia a recurrir al pensamiento mágico se multiplica. 

Las supersticiones en México cumplen una función muy importante, pues ayudan a desahogar esa parte oscura del espíritu humano que sigue creyendo en el poder de los objetos.

El pensamiento mágico exagera el efecto que uno tiene sobre el mundo. Como cuando crees que al comerte el último M&M del paquete desencadenarás el fin del mundo. Es un ejemplo excesivo, quizás, digno de alguna mala ingesta de psicotrópicos, pero sirve para ejemplificar el síntoma. En este sentido, el pensamiento mágico es tremendamente infantil, en cuanto a que no hay distinción entre el mundo y el estado interno de la conciencia. Uno puede estar triste porque está nublado, pero está difícil que esté nublado porque uno está triste. Diario alguno de los billones de habitantes de la Tierra está triste, entonces tendría que estar nublado todos los días, ¿no? 

Desde tiempos de la Conquista, la mezcla de razas negra, europea e indígena dio como resultado un complejo mosaico de creencias en lo sobrenatural. Por esa razón, los amuletos o recursos parecen no tener lógica para quien los ve por primera vez. Por ejemplo, la imagen de un santo puede estar unida a una herradura y adornada con listones rojos. La imaginación popular no tiene límites cuando se trata de conseguir lo que se desea, por eso los clarividentes y los yerberos venden remedios y amuletos para todas las ocasiones.

Si se quiere obtener dinero, el “polvo de ajo macho”, el “polvo de Ven dinero” y el “polvo de nueve yerbas del indio” son ideales. Para hacer buenos negocios, el “polvo del retiro” promete “ambientar el hogar, la oficina o el negocio y retirar a la persona que nos hace mal y nos perjudica”. Según las indicaciones, “su preparación científica nos atrae el bien, evita las malas influencias y retira fuerzas negativas”. Debe arrojarse por donde pasa la persona negativa y aplicarse al hogar o negocio durante nueve días. El sobrecito recomienda: “Use el incienso y el perfume del retiro”. Si quieres tener buena suerte, cruza los dedos  y si te quieres casar, atrapa el ramo de novia.

Aquí una galería de las supersticiones, hechizos y amuletos más comunes que son atavismos que se repiten en nuestra cultura.

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