La piñata es un elemento imprescindible de la navidad MXCicana. Curiosamente, el camino que siguió para llegar a nuestro país fue más bien largo: de China, en donde la tradición artesanal del papel es milenaria, pasó a Italia en tiempos de Marco Polo, y de ahí la cercanía política y cultural con el reino de España la hizo llegar a territorio peninsular; el siguiente punto fue ya la Nueva España, adonde conquistadores militares pero sobre todo espirituales la llevaron. En la versión más difundida de la historia se dice que la piñata fue para los misioneros católicos instrumento de evangelización, pues sus siete picos simbolizaban los siete pecados capitales que el creyente destruía al dejarse guiar por la fe.
Ahora, por supuesto, la piñata ha perdido buena parte de ese simbolismo e incluso no es sólo navideña. Quizá por eso mismo la forma tradicional de estrella que describíamos convive ahora con otros modelos que van de lo folclórico a la cultura pop y, a veces, también lo político o lo deportivo. Fiel al sincretismo que caracteriza nuestra historia cultural, las piñatas son también objetos festivos en donde se condensa la excentricidad de nuestras diversiones.
A continuación, algunos ejemplos gráficos.
