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TOP 6 adicciones permitidas por la sociedad mexicana

No es improbable que seas adicto a algo. Los seres humanos estamos cableados a buscar el placer. La mayoría de nosotros, si no es que todos, estamos enganchados en algo. Para algunos pueden ser drogas o alcohol. Si es así, entonces probablemente estás muy familiarizado con  el secreto o la culpa que conlleva tener una adicción reprobada socialmente.

Pero, aunque los medios de comunicación nos alarmen y nos hayan entrenado a pensar negativamente de las drogas ilícitas y ciertos aspectos del uso del alcohol (consumo excesivo, conducir ebrio), no todas las adicciones en México son vistas como tabú.

Una manera de pensar en la adicción es como un nivel extremo de dedicación a una actividad que se convierte en un detrimento físico o social.  Pero la doble moral de nuestra sociedad ha permitido ciertos abusos de substancias y/o actividades que son aprobados, pero que de alguna forma debemos mantener en la mira para que no se transformen en problemas de salud a largo plazo.

Aquí están algunas adicciones que son ampliamente aceptadas en México y que debemos considerar mitigar por un uso moderado:

1) Cigarro

Increíble que sigamos fumando conociendo que es tan dañino para nuestra salud, pero tal vez cuesta tanto dejarlo porque ya nos tienen enganchados. El tabaquismo es la principal causa de muerte no transmisible y prevenible en el mundo. En México se registran aproximadamente 44 mil decesos al año asociados al tabaquismo; es decir, entre 114 y 122 diarios, que podrían incrementarse de manera alarmante.

2) Cafeína

En la Ciudad de México no se pueden caminar 10 cuadras sin pasar un Starbucks o un cafecito en alguna esquina. La cafeína es adictiva por supuesto. La mayoría de los bebedores de café rutinarios experimentan alguna forma de abstinencia si la dejan de golpe. Pero a diferencia de otras drogas, la cafeína nos hace sentir como que estamos contribuyendo a la sociedad. Al igual que tenemos una razón importante para mantenernos despiertos.

3) Teléfonos

La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a caminar en la calle y encontrarnos con un mar de caras inclinadas hacia abajo, bañadas por el suave resplandor de un dispositivo de comunicación portátil. Mucho se ha dicho y escrito sobre la manera en que los teléfonos inteligentes y las tabletas están diezmando nuestros lapsos de atención y nos aislan unos de otros en el mundo real, incluso mientras tratamos de “conectar” con otras personas en un mundo digital.

Los smartphones proporcionan una vía de escape, como una droga. Ya sea que estemos navegando en Facebook o calificando fotos en Instagram, estos dispositivos nos ofrecen un ojo a un mundo digital que es simple, colorido y fácil de manipular. Y por lo tanto, altamente adictivo.

4) Comida Chatarra

Muchos sólo nos permitimos los llamados “pecadillos” de comida chatarra los fines de semana, otros se pueden dar el lujo de hacerlo más días y noches en frente de la TV, pero lo cierto es que el consumo excesivo de alimentos chatarra produce una adicción casi igual a la que generan drogas como la cocaína, la heroína y la morfina, aseguró la organización El Poder del Consumidor (EPC).

Durante la presentación de un estudio en el que se midió el impacto de tales productos en los hábitos alimentarios en niños y adolescentes de comunidades indígenas en el estado de Guerrero, la coordinadora de la investigación, Xaviera Cabada, explicó que productos como frituras y refrescos están saturados de grasas, azúcares y sales, sustancias que al ser consumidas en exceso producen una sensación muy placentera en el cerebro, lo que genera dependencia.

5) Comer “saludable”

No es ninguna revelación importante que México tiene un problema de comida chatarra. Hartarse de McDonalds, Coca Colas o Tacos nos ha ganado una reputación mundial como un país lleno de adictos a la televisión con sobrepeso. Las crecientes  tasas de obesidad, diabetes y enfermedades del corazón están estrechamente relacionadas con adicción a la comida.

Pero adicción a la comida y la obsesión toma muchas formas que son socialmente aceptadas y recompensadas.

La industria de la dieta se aprovecha de los mexicanos y su deseo de perder peso. Productos envasados, productos empaquetados y procesados de todo color y textura se promocionan como una alternativa “más saludable” a las comidas regulares. Contamos calorías. Molemos nuestra comida a una pulpa, la tomamos con popote y la llamamos “jugo.”. Eliminamos carbohidratos y gluten. Y nos dejamos llevar por todos los títulos que presumen el secreto de un cuerpo esbelto.

6) Trabajo

¿Eres adicto al trabajo? Bien ahí! Tu jefe te quiere. Tienes dinero en tu cuenta bancaria y tal vez incluso una hipoteca y seguro de vida. Tienes la admiración y la envidia de tus compañeros de trabajo (y los matados de la escuela que ven tus posteos en Facebook). Tus hijos te respetan, a pesar de que casi nunca te ven.

Muchos trabajadores mexicanos se burlan de la palabra “ocho horas” porque no hemos salido de la oficina a las 6 pm en toda nuestra vida. Y cuando nuestros traseros no están pegados a nuestras sillas de escritorio, estamos “siempre en línea”. Comprobado por los correos electrónicos en nuestros smartphones o las llamadas en conferencia en el tráfico o en nuestras vacaciones. Pero eso está bien, porque podemos darnos el lujo de pagar terapia con todo el dinero que hicimos trabajando, trabajando y trabajando.

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