Antes de que existiera la escritura, inventada hace unos seis mil años, la totalidad de los conocimientos eran pasados entre generaciones gracias a la oralidad. Pero eso no solo implicaba una gran destreza para esta técnica y su desarrollo, y que así la audiencia comprendiera y aprendiera los conocimientos, sino que además se formaban círculos comunitarios que fortalecían los lazos de las sociedades. Adivina quiénes hacían el papel más importante en estos rituales: los ancianos.
Los viejos de las sociedades antiguas eran los que más sabían de lo que habían aprendido de la vida misma y de lo que les habían enseñado previamente a ellos. Hoy, en una sociedad que premia la juventud por una sistema capitalista donde lo importante es producir, pareciera que los abuelos han perdido un rol en la sociedad, aunque curiosamente, ellos han visto más cosas que la mayoría y seguro su experiencia podría sernos útil colectivamente.
Desde 2011 en la ciudad se hace un ciclo muy interesante llamado Temprano Cuentan los Abuelos, donde se devuelve esta virtud esencial de la oralidad y el papel simbólico que los abuelos debieran aún tener en la sociedad.
Aunque los cuentos son relatados de forma oral, se forma un vínculo donde los asistentes, al escuchar y disfrutar un relato, casi inconscientemente están revalorando la importancia de la escritura y los cuentos. Enseñar además a las personas a contar cuentos, hace que estas desarrollen cualidades para captar la atención de los demás, no como una manera estratégica, sino como una basada en la empatía.
Este ciclo ha llegado ya a un momento muy importante, pues se ha afianzado en el gusto del público. Los oradores son casi siempre abuelos que han tomado un taller especial o expertos; el público es muy variado, y justo en una época en que estamos acostumbrados al espectáculo es una sorpresa conmovedora que un evento así se haya asentado en el gusto del público.
Cada mes hay al menos tres eventos de este ciclo.
Puedes checar las fechas aquí.
Lugar
Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia