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La mente mexicana que encontró la solución para la sequía

Es paradójico que en un planeta compuesto  71% de agua se presente un problema global de abastecimiento que parece irresoluble.

Mientras que la ONU estima que la gran mayoría del agua que utilizamos se va en el riego, investigadores han estado trabajando en una serie de ideas que hacen que el agua que utilizamos en la agricultura dure más tiempo.

Ha habido mucha emoción y algunos titulares dramáticos en los últimos meses sobre un producto que se dice que tiene el potencial de superar el reto global de la producción de cultivos en condiciones áridas.

Sergio Jesús Rico Velasco, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), nombrado como la mente científica más brillante de nuestros tiempos en México, según la revista Discovery, considera que el agua se puede “solidificar”, almacenarse en costales u otro recipiente por varios meses, utilizarse en pequeñas porciones para mejorar la agricultura aún en sequías y disminuir considerablemente el consumo del vital líquido.

Todo esto es posible a través del invento “Silos de agua” que consiste en el uso de una sustancia química que atrapa el agua en forma de gel, que en breve lapso a su vez se solidifica, para ser usado en pequeñas porciones en el riego de plantas o cultivos, desde la raíz, así  elevando a casi 20 veces el rendimiento agrícola en zonas áridas. Además de aprovechar el líquido, se puede almacenar en costales, tambos, cubetas, botellas de PET; en caso de ausencia de lluvias, no se modifica su PH ni las sales ni los nutrientes.

Sergio Rico, nominado al Premio Mundial del Agua por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, destaca que los “Silos de agua” se elaboran con base en un polímero de acrilato de potasio biodegradable y viene en una presentación en polvo; en consecuencia, no daña el cultivo ni degrada los suelos; tampoco contamina el subsuelo.

Se entierra una porción a la altura de la raíz y cuando llueve ésta se solidifica y retiene el líquido, que la planta va consumiendo de acuerdo con sus requerimientos nutritivos. Una vez que termina la humedad, el polímero vuelve a hacerse polvo y cuando llueve nuevamente se encapsula en el agua, manteniéndose por un lapso de hasta 10 años.

El futuro del agua parece prometedor desde la mente de un mexicano.

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