¿Eres fanático de lo verde? La sexta edición del festival de consumo sustentable más alucinante de la ciudad está a unos cuantos pasos de comenzar. Durante dos días, el corredor cultural Roma se pigmentará de verde con más de 200 expositores de productos artesanales bajo la calidad de "sustentabilidad", compras y servicios verdes, que intentarán recordarnos por qué es más beneficioso (y mucho más barato) el consumo de esta calidad. Además se incluirán actividades culturales peculiares, como es el caso del stand que nos promete enseñarnos a construir nuestros propios instrumentos musicales con material reciclado (por cierto que todos los desechos generados al final del evento serán reciclados).
Este es uno de los festivales que merecen la pena asistir en la ciudad de México, pues se trata de una oferta comercial que además de beneficiarnos a todos, manifiesta la creatividad artesanal mexicana, inclusive en la elaboración de proyectos microempresariales sustentables. Un umbral al imaginario de las comunidades verdes: las ciudades del futuro.
EcoFest contará con las siguientes clasificaciones:
1) Área de stands de productos y servicios sustentables: Conformada 180 y 200 expositores que muestran su oferta a los consumidores que desean tener un estilo de vida más verde
2) Área de bazar de artesanos y productores locales: Conformada por 30 productores locales de alimentos orgánicos que ofrecen artesanías relacionadas con la sustentabilidad (panadería, repostería, bebidas, entre otros)
3) Área de alimentos: Está formada por 10 stands que ofrecen alimentos orgánicos preparados para comer en el lugar
4) Área de talleres y conferencias: Contemplará más de 70 actividades gratuitas para los visitantes, impartidas por los mismos emprendedores que forman el festival (para asistir deberás registrarte en la página del evento)
5) Área de actividades culturales y deportivas
Información del evento:
Fecha: 21 y 22 de marzo 2015
Corredor Cultural Álvaro Obregón
Entrada Gratuita
Evento en Facebook
Página de ECOFEST
Foto destacada: @metmuseum
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Los antiguos mayas fueron grandes artistas y su producción va desde medios pequeños hasta monumentales; ya que los artistas dieron forma a los materiales extraídos del paisaje.
El arte maya nació de la interacción entre las sociedades de la Península de Yucatán, y los primeros artistas, del primer milenio antes de Cristo, comenzaron a esculpir en piedra, estuco, madera, hueso, concha y arcilla cocida.
Buena parte del arte maya llegará a uno de los museos más alucinantes de los Estados Unidos, El Met, con la exposición Lives of the Gods: Divinity in Maya Art, (vida de los dioses: Divinidad en el arte maya) obras maestras pocas veces vistas y descubrimientos recientes trazan el ciclo de vida de los dioses.
Estas obras serán exhibidas a partir de la idea de los dioses que se representan en todas las etapas de la vida: como niños, como adultos en la cima de su madurez e influencia, ya medida que envejecen. Los dioses podían morir, y algunos nacían de nuevo, sirviendo como modelos de regeneración y resiliencia.
Los artistas mayas representaron a los dioses de maneras imaginativas, desde esculturas imponentes exquisitamente talladas hasta adornos de jade, concha y obsidiana que adornaban a reyes y reinas, conectándolos simbólicamente con fuerzas sobrenaturales. Cerámicas finamente pintadas revelan la agitada vida de los dioses con gran detalle.
Las obras que se exhibirán fueron creadas por maestros artistas de Guatemala, Honduras y México. Se trata de 120 obras emblemáticas que evocan un mundo en el que lo divino, lo humano y lo los reinos naturales están interconectados y vivos.
La exposición en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York (Met) presentará a finales de este año una amplia exposición de arte maya a través de más de un centenar de “obras maestras” y piezas descubiertas recientemente.
Lives of The Gods: Divinity in Maya Art está prevista para el 21 de noviembre, y se cree que será una muestra “poco común” y que solo será posible en el Met.
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Antes de morir, Diego Rivera cerró uno de las baños de la legendaria Casa Azul, donde vivió toda su con su esposa Frida Kahlo, y
dispuso que éste no fuera abierto hasta que pasaran 15 años después su muerte. Fue Dolores Olmedo quien quedó a cargo de la administración de la casa que pronto se convirtió en museo, y quien cuidó que la voluntad del pintor fuera respetada.
Cerca de cincuenta años después, con la muerte de Dolores Olmedo, Hilda Trujillo tomó la dirección de lo que hoy es el Museo Frida Kahlo, y decidió abrir la misteriosa puerta, para así dejar salir los secretos que fascinaron a muchos admiradores de la vida y obra de Diego Rivera y Frida Kahlo.
Dentro del baño, se encontraron varios objetos que hoy son parte de la exposición permanente del museo de la Casa Azul:
vestidos, fotografías, obras de arte, milagritos y cartas de amor, entres otros. La correspondencia entre Rivera y el estadounidense Rockefeller (con quien tendría una pugna por el mural que el magnate alguna vez comisionó al pintor), además de recortes de periódicos, las fotografías del famoso mural (tomadas por Frida) y bocetos que dan fe de esta antiguo conflicto, se encuentran entre los artículos más interesantes encontrados ahí.
La relación entre Rockefeller y Rivera fue complicada. Entre 1932 y 1934, el empresario estadounidense encargó un mural para el lobby de lo que hoy es el Centro Rockefeller en Nueva York al artista, entonces un creador reconocido y personaje clave de la intelectualidad mexicana. Rivera diseñó un mural que tituló
El hombre en una encrucijada, obra que en un principio agradó al mecenas.
El problema surgió cuando Rockefeller se enteró que en el mural aparecía la figura de Vladimir Ilich Ulianov, mejor conocido como Lenin, lo cual escandalizó a la sociedad neoyorkina. Para Rockefeller esto fue un insulto y fue entonces cuando pidió a Rivera que lo borrara del mural. Rivera se negó y logró que el empresario le pagara su trabajo (21,000 dólares de entonces), entre manifestaciones y un gran escándalo mediático. Pero
en 1934 el mural fue destruido.
Actualmente, en el Palacio de Bellas Artes se encuentra el mural titulado El hombre en el cruce de caminos (también conocido como
Hombre controlador del universo), que fue realizado en 1934, y es parecido a la obra realizada en Nueva York, que alguna vez quiso censurar Rockefeller.
En el baño de la Casa Azul se encontraron alrededor de 6,500 fotografías y 28,000 documentos, y esta anécdota, que resurgió hace pocos años como un misterio que sobrevivió al tiempo nos habla de los profundos principios de Rivera y su siempre potente y encantadora rebeldía.