Dicen que la consciencia de la historia, tanto personal como colectiva, es esencial para forjar una identidad que nos permita afrontar el mundo. En el caso de los países, el que las generaciones presentes y futuras conozcan la serie de esfuerzos alcanzados para el gozo de ciertos beneficios es fundamental para incluso unirnos abstractamente como sociedad, pero una abstracción que en los momentos decisivos sale a flote.
A inicio de la década de los sesenta, un grupo de intelectuales formado principalmente por el en ese entonces Secretario de Educación Jaime Torres Bodet, el reconocido arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, el historiador Arturo Arnaiz y Freg; el artista José Chávez Morado, y el escenógrafo Julio Prieto, formaron un proyecto de educación a través de nuevos lenguajes pedagógicos.
Tuvieron entonces la idea del Museo del Caracol (llamado así por la peculiar forma de las escaleras diseñadas por el loable Ramírez Vazquez) como una manera de ahondar en un solo espacio en la historia de México de una manera pedagógica donde el visitante verdaderamente tuviera un contacto distinto con la historia ¿La estrategia? Las maquetas.
En este museo, además de su curiosa arquitectura, y de estar situado-adecuado al cerro de Chapultepec, encontrarás una de las colecciones de maquetas hechas exclusivamente para el sitio más importantes del mundo. Un paseo por la historia del país desde el virreinato hasta 1917 bajo vitrinas que muestran embriagantes escenas con figurillas y escenarios. Se trata de uno de los museos más peculiares del mundo, hecho además por grandes mentes.
Este año cumplió 55 años de vida, un espacio poco conocido pero encantador. Uno de los rincones sorpresa de la vida cultural de la ciudad, bastante discreto y sofisticado en su tipo.
Aquí puedes darte un paseo virtual
Ubicación
1ª Sección del Bosque de Chapultepec, Rampa de acceso al Castillo de, Chapultepec, Bosque de Chapultepec.