Foto: Santa Muerte Tultitlan comunidad Facebook
Su nacimiento viene desde la época preshispánica, de un sincretismo católico y otras corrientes; la Santa Muerte aún hoy sigue despertando polémica. Es un arquetipo de la muerte, a la que el humano respeta por su misterio y fatalidad; la también llamada “Niña Blanca" aterra y protege; lo mismo pueden pedírsele favores bienintencionados que lo contrario.
Cada vez es más popular como un culto que sale de la marginalidad, para aceptársele y adentrarse a la cultura desde un ángulo más abierto. La muestra de ello, y que por cierto es bastante reciente, viene del 2007, cuando David Romo, arzobispo de la Iglesia católica con sede en Tepito, notificó a Gobernación la apertura de varios templos y santuarios.
Uno de ellos, el más monumental, por la enorme estatua de la “Niña Blanca" de 22 metros fue levantado en el Estado de México en el municipio de Tultitlán, en Santa María Coatepec, en la avenida José López Portillo.
A veces vestida de blanco, a veces de negro; con manos muy delgadadas, como hechas de palos y con los brazos extendidos. Su imagen nos recuerda un común denominador; todos guardamos una estrecha relación con ella…
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