Visitar los tianguis de antigüedades es percatarse que en la ciudad existen museos hasta en sus calles; porcelana, cristalería, joyería de plata, cámaras antiguas y también fotografías, libros viejos y una que otra carta entre sus páginas, muebles antiquísimos con diseños victorianos, vinilos y hasta ropa militar es lo que usualmente encuentras. Como ya sabes, todos los tianguis de nuestra ciudad aguardan un sitio especial, casi al final del recorrido, para las "chacharas", esos objetos usados por una persona que le sirven a otra. Y generalmente muchas de estas chacharas son muy viejas, pueden tener desde 10, 20, 100 y hasta 200 años de antigüedad.
En México comprar antigüedades es todo un culto contemplativo que requiere experiencia. El que lo ha practicado, sabe jugar el juego del regateo, una compleja operación que consiste en negociar el precio del objeto con el vendedor, pero no de una manera tan seria, sino de una manera más amable y amistosa. El regateo tiene sus propias frases y sus propios acentos: "ofrézcame", cuando el vendedor te da señal de que está dispuesto a negociar de manera razonable y no pretende robarte; o "¿ya es lo menos?", cuando el comprador espera una oportunidad para bajar el precio del artículo lo más posible hasta que la mirada del vendedor te diga que, efectivamente, es lo menos.
En la Lagunilla se sitúa el tianguis más conocido para comprar antigüedades, un mercado de "pulgas" que aguarda un gran laberinto en el tiempo que puedes recorrer cual museo de Historia. Aquí es posible adquirir desde un hermoso sombrero traído desde Francia en la antigüedad, hasta una linda brújula del siglo XIX usada por navegantes ingleses. El problema es que en este lugar la demanda y popularidad se ha reflejado notablemente en sus precios, siendo incluso hilarante algunas de sus ofertas por más de miles de pesos.
Es el único tianguis de antigüedades en la ciudad que se pone todos los días, por lo que puedes visitarlo cualquier día que se te acomode, en un horario aproximado de entre las 11 am y las 4 pm. Aquí encuentras, por ejemplo, maletas vintage con colores y diseños fuera de lo común, cofres, cuadros, esculturas, teléfonos antiguos, aparatos eléctricos de los 80’s y 90’s, libros de viejo, uno que otro mueble, una colección increíble de vinilos raros y no tan raros, mucha ropa y todo un ready made de objetos que podrían considerarse basura pero que cualquier artista podría entremezclar y convertirlos en una obra útil. Sobre la avenida Montes de Oca puedes encontrar un par de tiendas también de antigüedades, pero los precios -quizá porque son piezas más de colección-, son un poco altos en contraste con los de puestos ambulantes. Lo interesante de este lugar es que puedes adquirir un ciento de cosas para decorar tu cuarto, casa o departamento y ambientarlo a la década que tú quieras, sólo es cuestión de darse una vuelta por este tianguis varias veces a la semana, ya que a diario ofrecen objetos nuevos.
El éxito de una colectividad podría estar quizás en aprender a reutilizar cada objeto que creemos inservible, sólo es cuestión de imaginación.
Foto: Hector Barrera
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