México goza de grandes talentos artísticos que, con un poco de apoyo, podrían generar un fuerte impacto en el mundo. Si bien la ilustración estaba relacionada principalmente con los artistas masculinos, la evolución del tradicionalismo heteronormativo ha brindado la oportunidad que las mujeres también sobresalgan tanto en el diseño gráfico como en otras disciplinas.
Las ilustradoras mexicanas son capaces de transmitir una historia con un fuerte poder emotivo en libros infantiles, publicidad, periódicos, revistas, sitios web, etcétera. Son estas mismas ilustraciones las que proveen el poder de expresar emociones, sueños e ideales que enaltecen la belleza humana desde una perspectiva mágica.
Conoce las ilustradoras mexicanas que marcan una tendencia en el estilo artístico del país, y seguramente querrás seguir en sus páginas web:
Yoda Navarrete, también conocida como Lady Orlando
"Considero a mis dibujos y pinturas pequeñas ilustraciones de historias que me cuento a mí misma, como si fuesen una página de un libro o una escena que se queda flotando en el aire; aquella que al cerrar los ojos, se reproduce una y otra vez en mi memoria."
Es una artista nacida en Jalapa, Veracruz, aunque vivió la mayor parte de su vida en Guadalajara, Jalisco. Le gusta estar en movimiento, por lo que es adicta al café y al internet. Actualmente es directora de arte de Neggi Studio e ilustradora de Zombie Studio; dibuja cómics para Protobunker Studio como artista principal en El Arsenal: Been Caught Stealing. Ha ganado algunos concursos nacionales de cómic y participado en varias exposiciones (como artista principal y de manera colectiva). Su trabajo secuencial más reciente está siendo publicado por KY Magazine y está trabajando en su primera novela gráfica para Stone Arch Books.
Artista visual que se especializa en las texturas bitmap para aplicaciones en movimiento y estáticas, como animación en 2D y 3D. Lo característico de Rizo son los modelos hiperrealistas en que redefine el concepto del arte.
Una chica 26 años graduada de la UNAM se ha convertido en un gran referente de la ilustración en México. Sus dibujos tienen una gran influencia del cómic y el manga, así como de la ilustración para niños; por lo que usa el color pastel para matizar el humor ?en ocasiones, cínico?.
Publicada en Inglaterra y Japón, Loredo es una de las ilustradoras más solicitadas para NYLON y Harper?s Baazar. Su estilo gráfico es único pues pone en relieve el detalle de la moda.
tumblr: .plsdreams
Otra gran ilustradora de Guadalajara, que no sólo se dedica a dibujar, sino también al diseño y al styling. Su verdadero nombre es Sara Arámburo, pero debido a su gran fanatismo por los gatos su pseudónimo es el de la onomatopeya gatuna. Su proyecto empezó en 2010 como un blog de ilustraciones de estilo femenino y felino con referencias desde victorianas hasta el pop art de meadiados del S. XX.
FB: /SaraMiauArt
Oriunda de Hermosillo, Sonora, Yanin Ruibla es una ilustradora que transgrede los límites de las dimensiones físicas. La mayor parte de su trabajo se encuentra en óleo sobre lienzo, una pared o inclusive una colcha para cama. Algunos definen su arte como ecléctico y surreal que se adapta a al mundo animal.
Originaria de la ciudad de México, esta artista de 30 años de edad ha atravesado las fronteras de México para encontrarse en la Escola Massana Centre d?Art i Disseny en Barcelona y en L?École Nationale Supérieure des Arts Décoratifs en Paris. Zorrilla Drago ha colaborado para marcas como Nestlé, Cristina Pineda, Televisa, y editoriales como Castillo, Macmillan, Richmond, Revista Arca, SEP y Porrúa. Ha ganado varios premios nacionales e internacionales en ilustración y diseño y su trabajo ha sido expuesto en México, Barcelona, Praga, Amsterdam, Grecia y distintas ciudades europeas.
Foto destacada: @metmuseum
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Los antiguos mayas fueron grandes artistas y su producción va desde medios pequeños hasta monumentales; ya que los artistas dieron forma a los materiales extraídos del paisaje.
El arte maya nació de la interacción entre las sociedades de la Península de Yucatán, y los primeros artistas, del primer milenio antes de Cristo, comenzaron a esculpir en piedra, estuco, madera, hueso, concha y arcilla cocida.
Buena parte del arte maya llegará a uno de los museos más alucinantes de los Estados Unidos, El Met, con la exposición Lives of the Gods: Divinity in Maya Art, (vida de los dioses: Divinidad en el arte maya) obras maestras pocas veces vistas y descubrimientos recientes trazan el ciclo de vida de los dioses.
Estas obras serán exhibidas a partir de la idea de los dioses que se representan en todas las etapas de la vida: como niños, como adultos en la cima de su madurez e influencia, ya medida que envejecen. Los dioses podían morir, y algunos nacían de nuevo, sirviendo como modelos de regeneración y resiliencia.
Los artistas mayas representaron a los dioses de maneras imaginativas, desde esculturas imponentes exquisitamente talladas hasta adornos de jade, concha y obsidiana que adornaban a reyes y reinas, conectándolos simbólicamente con fuerzas sobrenaturales. Cerámicas finamente pintadas revelan la agitada vida de los dioses con gran detalle.
Las obras que se exhibirán fueron creadas por maestros artistas de Guatemala, Honduras y México. Se trata de 120 obras emblemáticas que evocan un mundo en el que lo divino, lo humano y lo los reinos naturales están interconectados y vivos.
La exposición en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York (Met) presentará a finales de este año una amplia exposición de arte maya a través de más de un centenar de “obras maestras” y piezas descubiertas recientemente.
Lives of The Gods: Divinity in Maya Art está prevista para el 21 de noviembre, y se cree que será una muestra “poco común” y que solo será posible en el Met.
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Antes de morir, Diego Rivera cerró uno de las baños de la legendaria Casa Azul, donde vivió toda su con su esposa Frida Kahlo, y
dispuso que éste no fuera abierto hasta que pasaran 15 años después su muerte. Fue Dolores Olmedo quien quedó a cargo de la administración de la casa que pronto se convirtió en museo, y quien cuidó que la voluntad del pintor fuera respetada.
Cerca de cincuenta años después, con la muerte de Dolores Olmedo, Hilda Trujillo tomó la dirección de lo que hoy es el Museo Frida Kahlo, y decidió abrir la misteriosa puerta, para así dejar salir los secretos que fascinaron a muchos admiradores de la vida y obra de Diego Rivera y Frida Kahlo.
Dentro del baño, se encontraron varios objetos que hoy son parte de la exposición permanente del museo de la Casa Azul:
vestidos, fotografías, obras de arte, milagritos y cartas de amor, entres otros. La correspondencia entre Rivera y el estadounidense Rockefeller (con quien tendría una pugna por el mural que el magnate alguna vez comisionó al pintor), además de recortes de periódicos, las fotografías del famoso mural (tomadas por Frida) y bocetos que dan fe de esta antiguo conflicto, se encuentran entre los artículos más interesantes encontrados ahí.
La relación entre Rockefeller y Rivera fue complicada. Entre 1932 y 1934, el empresario estadounidense encargó un mural para el lobby de lo que hoy es el Centro Rockefeller en Nueva York al artista, entonces un creador reconocido y personaje clave de la intelectualidad mexicana. Rivera diseñó un mural que tituló
El hombre en una encrucijada, obra que en un principio agradó al mecenas.
El problema surgió cuando Rockefeller se enteró que en el mural aparecía la figura de Vladimir Ilich Ulianov, mejor conocido como Lenin, lo cual escandalizó a la sociedad neoyorkina. Para Rockefeller esto fue un insulto y fue entonces cuando pidió a Rivera que lo borrara del mural. Rivera se negó y logró que el empresario le pagara su trabajo (21,000 dólares de entonces), entre manifestaciones y un gran escándalo mediático. Pero
en 1934 el mural fue destruido.
Actualmente, en el Palacio de Bellas Artes se encuentra el mural titulado El hombre en el cruce de caminos (también conocido como
Hombre controlador del universo), que fue realizado en 1934, y es parecido a la obra realizada en Nueva York, que alguna vez quiso censurar Rockefeller.
En el baño de la Casa Azul se encontraron alrededor de 6,500 fotografías y 28,000 documentos, y esta anécdota, que resurgió hace pocos años como un misterio que sobrevivió al tiempo nos habla de los profundos principios de Rivera y su siempre potente y encantadora rebeldía.