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¿Fue la primer fotografía de un OVNI tomada por un mexicano?

Al observar el cielo, es importante recordar que si no sabemos lo que es, lo podemos categorizar como un “objeto volador no identificado”(OVNI).

Si la Fuerza Aérea informa que la evidencia indica de algún evento celeste en particular que no es OVNI, es porque se logró establecer una identidad del objeto, lo cual no significa que opten por compartir dicha información. Lo cual hace que tal objeto prevalezca a nosotros como un OVNI, ya sea que su fuente sea un objeto natural, de construcción humana o de construcción extraterrestre. Pero tal objeto deja de ser un OVNI cuando se puede asignar una identificación pública para él.

El 12 de agosto de 1883, el astrónomo mexicano José Bonilla se preparaba para estudiar el Sol en el recientemente inaugurado, Observatorio de Zacatecas. Sin embargo, la superficie del Sol se vio empañada por numerosos objetos que viajaban rápidamente a través de su disco. A lo largo de ese día y el siguiente, Bonilla expuso varias placas húmedas para tomar imágenes de los 447 objetos que iba observar. Estos no fueron revelados públicamente hasta 01 de enero 1886 cuando se publicaron en la revista L’Astronomie. Desde entonces, los ufólogos han asignado a estas fotografías el título de la primera evidencia fotográfica de OVNIs.

Recientemente ésta única evidencia se ha prestado a otras interpretaciones, una investigación encabezada por Héctor Manterola de la Universidad Nacional Autónoma de México, sugiere que se trataba de un cometa en proceso de ruptura. Asumiendo que este fuera el caso, los autores del estudio consideran la cercanía del objeto en relación a la tierra. Siendo que los astrónomos de los observatorios en la Ciudad de México o Puebla no informaron de tales objetos, esto implicaría que no cruzaron el disco del Sol a partir de esos puntos debido al paralaje. Como tal, la distancia máxima que el objeto podría haber tenido es de aproximadamente 80.000 kilómetros, es decir, casi un quinto de la distancia a la Luna.

Pero el equipo sugiere que los objetos podrían haber pasado aún más cerca. Por el momento los cometas y otros objetos avistados en el cielo llegan al sistema solar interior, con una velocidad significativa de algunas decenas de kilómetros por segundo. En tal caso, al atravesar el disco del Sol en el tiempo informado por Bonilla (un tercio a un segundo completo), el objeto habría aparecido, a lo sumo, a una distancia de 8000 kilómetros.

Una rareza es que, de haber sido un cometa, era probable esperar una estrecha separación tal que resultara en una lluvia de meteoros. El tiempo de estos eventos fue justo antes de la lluvia anual de Perseidas, pero los informes de ese año,  no se representan con ninguna circunstancia excepcional, o no muestran alguna diferencia en el radiante que se debía esperar. En cambio, señala que 157 de los 186 meteoros observados en eran definitivamente Perseidas. Mientras tanto, la lluvia de meteoros de Leónidas (en horas pico en noviembre), fue excepcional ese año, generando un estimado de 1.000 meteoros por hora, pero de nuevo, no hay registros que parezcan indicar de su origen inusual.

En resumen, el carácter de la observación de Bonilla como un cometa es plausible, pero en general, poco convincente. Sin embargo, si se tratara de un cometa fragmentado, tenemos mucha suerte que no fue un evento que se tomó lugar más cerca de la Tierra.

Un aspecto importante a tener en cuenta sobre este tipo de información, es el de mantener una mente abierta, paro no quedar atrapados en la fantasía. Si existen alianzas secretas de humanos con extraterrestres, con el tiempo lo sabremos. Secretos tan grandes no permanecen secretos para siempre. Tal vez algún día todos nuestros “OVNIs” serán identificados, y vamos a dar vuelta la página y escribir un nuevo capítulo de la historia de nuestro Universo.

 

Imagen: Primera fotografía de un avistamiento OVNI, tomada 12 de agosto 1883 por José Bonilla. Apareció originalmente en Universe Today.

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