Kaah Siis no es un error ortográfico ni una peripecia mercadotécnica, si no un juego de palabras mayas que dan a entender la frescura del lugar. Se trata de un restaurante ubicado en el corazón de Polanco, en donde se le da prioridad al producto local ese mismo día para garantizar la frescura de los platillos.
Por lo que la filosofía que ronda por la Kaah Siis es implementar una atmósfera ecosustentable y orgánica en un juego de sabores locales, en donde se reinterpretan recetas ancestrales y estéticas atractivas. Por lo que el interés de interpretar la gastronomía se expande en la infinita gama de productos que el campo y productores mexicanos ofrecen en el país.
Visitar este lugar implica disfrutar de una cocina libre, espontánea y creativa, como el recuerdo latente de un viaje eterno a través de la cocina. Como por ejemplo, el pulpo a las brasas en cama de mayonesa de chile capón, papa, salicornia y cebolla cambray o el pecho de cerdo con salsa de chicozapote. Para acompañar ambos productos, puedes gozar de el vino zacatecano de Tierra Adentro ?conviene pedir su versión trivarietal que combina syrah, merlot y tempranillo?. Y para termina, disfruta de una deliciosa pera al vino tinto, servidas sobre una tartaleta de cacao con relleno de chocolate amargo, o el postre de manzana con un dulce de leche y helado.
Kaah Siis se ha convertido en una especie de evolución culinaria, en donde el placer mexicano trasciende el orden de lo físico ?llega a lo creativo?.
Foto destacada: La Petrona
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Las gorditas deberían tener su propio monumento dentro de la gastronomía mexicana. Y en Peña de Bernal, llevaron a otro nivel este platillo con el fin de que los aventureros y buscadores de las nuevas creaciones culinarias mexas, llegaran a este Pueblo Mágica a buscar la Gordipeña.
La "gordipeña" es una delicia hecha en honor a la Peña de Bernal, Querétaro, es uno de los tantos pueblos mágicos de México en donde es posible encontrar un gran repertorio gastronómico y turisteas por sus calles.
“La gordipeña” es una gordita de maíz quebrado, con migajitas, acompañada de nopales y salsa que ya conquista los paladares de turistas, en el pueblo mágico de Bernal, en Querétaro. El antojito es elaborado por el restaurante La Petrona, quien en su cuenta de Facebook y Tiktok presumen esta innovación gastronómica.
La “gordipeña” se sirve “ahogada” en salsa al gusto, puede servirse con carne deshebrada, papas doradas, carnitas picadas y queso. Es la revolución de las tradicionales gorditas con diferentes guisos para todos los gustos.
Asimismo, la "gordipeña" se caracteriza por tener la forma de la Peña de Bernal. Como dijimos arriba, la "gordipeña" es una creación original del restaurante La Petrona, que quiere decir "piedra", en alusión a la Peña de Bernal, uno de los monolitos más grandes del mundo que debes visitar en Querétaro.
Además de la "gordipeña", en el menú de La Petrona encontrarás una variedad de platillos de cocina mexicana, principalmente, las gorditas clásicas rellenas de carne deshebrada, adobada, chicharrón guisado y picadillo.
Luego de disfrutar una "gordipeña" debes dejar espacio para probar la variedad de platillos ahogados, los tacos de cochinita pibil, doradas de papa, quesadillas y carnitas picadas que La Petrona tiene para ti con precios accesibles.
Dónde: Tiburcio Ángeles SN, centro de Bernal, Querétaro.
Cuando: lunes a
Cuánto: $30
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De todos los restaurantes que se ubican en el Centro Histórico de la ciudad, sin duda, destacan aquellos que se descubren dentro de hermosas casonas que datan de hace siglos. Uno de los más conocidos, concurridos y afamados es el mítico Café de Tacuba.
Este restaurante tiene ya más de 100 años, y es que además de su delicioso y mexicano menú, son sus muros los que embelesan a cualquier comensal que ingresa al lugar. Las mesas, la música y las pinturas transportan a todo visitante al México del siglo XX. Es preciso decir que el Café de Tacuba ha permeado la idiosincrasia capitalina desde hace años, por su gran tradición y preciosa decoración.
Pero hay algunos datos de su historia que muchos citadinos desconocen. Vale la pena echar un vistazo a su pasado para verdaderamente comprender los momentos que le otorgaron tanta identidad. Aquí algunos datos inadvertidos del grandioso Café de Tacuba:
El inmueble que alberga hoy el Café de Tacuba fue construido desde el siglo XVII. Cabe mencionar, que a principios del siglo XX, esta casona fungía como sede de una lechería. Para 1912, Dionisio Mollinero llegó desde Tabasco a la Ciudad de México para fundar un restaurante de auténticas y tradicionales delicias mexicanas. Eligió esta increíble residencia de la calle de Tacuba para hacerlo.
El arte que adorna todos los alrededores del Café de Tacuba es admirable. Lo que más resalta son sus vitrales y mosaicos. Pero también conviene voltear a ver las obras pictóricas, pues muchas son de la época novohispana. Uno de los cuadros más famosos se llama La niña en traje rojo, y es de José de la Borda. También llaman la atención unos óleos de Carlos González, que narran con bellas imágenes el descubrimiento del mole y el chocolate.
Antes de casarse con Frida Kahlo en 1929, Diego Rivera contrajo nupcias con la novelista Guadalupe Marín en 1922. La recepción de la boda se llevó a cabo en el Café de Tacuba.
Entre los varios presidentes que solían comer en este gran restaurante, Porfirio Díaz es el más recordado. De igual forma, el compositor Agustín Lara gustaba de visitar el lugar y deleitarse con los riquísimos platillos de la cocina mexicana.
Un 25 de junio de 1936, un atacante entró al Café de Tacuba y le disparó al entonces gobernador de Veracruz, Manlio Fabio Altamirano Flores. El político se encontraba comiendo con su esposa, y poco sabía que esa iba a ser su última comida?
En 1978 se filmaron algunas escenas del filme Los hijos de Sánchez, una cinta que se basó en la novela de Oscar Lewis, The Children of Sanchez. Cabe aclarar, que el autor de este libro se inspiró en uno de los primeros empleados del Café de Tacuba para el personaje de Santos Hernández.
En 1999 un incendio quemó una buena parte del salón principal. Afortunadamente, las llamaradas solamente arrasaron con un poco del mobiliario y algunos objetos de decoración. La estructura del salón quedó intacta, gracias a la labor de los bomberos que llegaron al pronto rescate. Como agradecimiento, el restaurante los invitó a desayunar una vez que el Café de Tacuba volvió a abrir sus puertas.