El circo Orrin llegó desde Londres a México en 1881. La familia Orrin había iniciado su actividad circense desde el año 1800, con James, Sarah y su hijo George. Posteriormente, los hijos de George; Walter, George y Charles se mudan a la ciudad de México.
Al llegar primero se establecieron en uno de los extremos del Zócalo, a un costado de la Catedral Metropolitana, donde estuvieron por cuatro años y después en la Plaza de Santo Domingo.
Años después construyeron su propio circo en la Plaza de Villamil, hoy Teatro Blanquita. El lugar tenía capacidad para albergar a 2,200 personas y uno de sus principales shows era el del payaso inglés Richard Bell, el más famoso y respetado por la sociedad mexicana.
Además contaban con un variado programa en el que figuraban los gimnastas estadounidenses Levingston, el domador Ferris, con sus leones y leopardos, la elefanta Julieta que interpretaba una pieza con un pequeño piano, los hermanos Cornalla, gimnastas de salón; las cantadoras tirolesas de jodle, la ecuestre Miss Ship, y otras celebridades como los esposos Sannett con sus arriesgadísimos ejercicios en el trapecio y el profesor Filippi Salvini, entrenador italiano de perros, monos, chivos y otros animales. Pero sin duda, uno de los números más increíbles era la pantomima titulada La Acuática, donde cascadas de agua llenaban el escenario formando un lago y todo se iluminaba con luces de colores.
Este circo era el centro de entretenimiento más importante de la época. Pasaba los primeros meses del año en la ciudad de México y la segunda mitad del año, a partir de mayo, de gira por los estados de la República.
Cuando el circo cierra sus puertas, su propietario, Walter Orrin, decide dedicarse a las bienes raíces y funda la colonia Roma. En 1902 Orrin solicitó al ayuntamiento de la ciudad la autorización para fraccionar los terrenos y le pide ayuda a los hermanos Lamm, que eran ingenieros y arquitectos, para que diseñaran la nueva colonia a la que bautizó en honor al famoso circo romano, que representa el origen del circo en el mundo. Los nombres de las calles provienen de los estados visitados por el circo, para hacer honor y conmemorar todos aquellos lugares a los que el circo llegó durante sus giras por la República.
