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La emblemática historia de la Avenida Chapultepec

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Conoce la interesante historia de la Avenida Chapultepec, una de las calles más importantes de CDMX.

La polémica generada en meses pasados a raíz de la posibilidad de construir el Corredor Cultural Chapultepec dio mucho de que hablar. Más de 22 mil vecinos se unieron a la consulta pública, y un poco más de 14 mil votaron por el NO. Estemos o no de acuerdo con el proyecto, lo que es inminente es la necesaria regeneración de este espacio público que ha caído en total abandono y realizar mejorías tanto para peatones como ciclistas ya que circular por esta avenida puede resultar un poco caótico. Pero mientras se decide qué hacer ¿conoces el origen de esta emblemática vía?

La historia de esta avenida se remonta a la época prehispánica. Parte de su trazado se debe al antiguo acueducto de Chapultepec, que significa “cerro de los chapulines” en náhuatl y fue una obra indígena encargada por Moctezuma I, levantada sobre el antiguo Lago de Texcoco para llevar agua desde los manantiales de Chapultepec a la capital mexica. Fue una de las obras hidráulicas más importantes levantadas por los indígenas.

La obra surtió de agua a la capital mexica hasta que el propio Cortés, al mando de su ejército, sitió la ciudad hacia 1521 y ordenó tirar parte de ésta para bloquear el abastecimiento de agua potable.

Una vez tomada la ciudad, los españoles repararon el acueducto y realizaron nuevas obras de manufactura. Fue remozada hacia el año 1779 y se levantaron 905 arcos que llevaban agua desde los manantiales del cerro de los chapulines por la llamada calzada de Belén, hacia la fuente denominada Salto del Agua, recorriendo un trayecto de más de 3 kilómetros. Hoy en día sobreviven 20 de esos 905 arcos. Este acueducto se dejó de utilizar cuando se levantó el nuevo de donde llegaba agua más limpia desde Santa Fe. El viejo acueducto se convirtió en un trayecto que los habitantes de la ciudad aprovechaban para ir al bosque de Chapultepec y poblaciones cercanas. 

El virrey Antonio María de Bucareli estableció una serie de reformas para embellecer la ciudad y aprovechó el trazo del acueducto para conectar de forma definitiva el bosque de Chapultepec con la ciudad. Este Paseo de Bucareli como lo llamaban en honor al virrey, fue inaugurado en 1775. El virrey ordenó que la avenida debía dotarse con dos hileras de árboles a cada lado de la vía para que los transeúntes pudieran disfrutar del paseo.

Fue uno de los paseos más famosos y concurridos de la Ciudad de México. Cronistas y personajes distinguidos que llegaron a la ciudad dejaron relatos de su visita a dicho paseo, como Madame Calderón de la Barca en su libro “La vida en México”, donde compara el paseo diciendo que era el Hyde Park mexicano.

Ya en la época del porfiriato sus urbanizadores aprovecharon el crecimiento de la ciudad  y comenzaron a construir colonias a los alrededores del paseo; colonias como la Americana, que hoy es la Juárez y parte de la zona Rosa y la colonia Nueva del Paseo. Todo esto afectó el boulevard que se convirtió en un eje vial, perdiendo dos de sus tres glorietas originales con las fuentes que las distinguían y las arboledas características de la avenida.

De las dos fuentes que sobrevivieron sólo la del metro Chapultepec es original y fue removida de su posición en 1921 a la glorieta superior de la estación del Metro, mientras que la de Salto del Agua se encuentra en el Museo Nacional del Virreinato en Tepozotlán y se colocó una copia a un costado de su antigua ubicación.

Fuente original en el metro Chapultepec

Réplica de la fuente en Salto del Agua

Ya en pleno siglo XX se derribó gran parte del acueducto para poder ampliar la avenida y que circularan más automóviles. Hoy en día, esta vía representa una de las arterias más importantes de la ciudad pero por alguna razón ha pasado desapercibida en los proyectos de renovación urbana y su deterioro y abandono es totalmente evidente.

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