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Las máscaras del México prehispánico: una revisión a las más asombrosas (FOTOS)

Antes de la conquista muchos bailes, y con ello muchas máscaras y disfraces, tenían un significado cósmico. Hoy en día algunas de estas tradiciones todavía reflejan la cosmología de la antigua civilización, aunque muchas de ellas se perdieron en la mezcolanza euroamericana.

La llegada de los españoles en 1519 alteró drásticamente la vida política y religiosa de toda la América prehispánica. Cortés, con la ayuda de sus mercenarios y sacerdotes, se encargó de desvirtuar muchas de las costumbres profundas de las etnias nativas, entre ellas la fabricación de mascaras que se utilizaban en ciertos ritual para venerar dioses. 

Máscara Olmeca

Las crónicas españolas mencionan los rituales e incluso una lista de los diferentes disfraces usados por los danzantes, en su mayoría disfraces de animales incluyendo insectos, aves, y animales marinos. Estos bailes se realizaban para dioses específicos y todo el pueblo participaba en una formación profesional para llevar a cabo correctamente la ceremonia, desde la nobleza y los sacerdotes hasta la gente común e incluso el emperador. La persistencia de estos rituales era un problema que los misioneros no podían ignorar. Se dieron cuenta de que si querían transformar realmente las creencias de un pueblo entero, tenían que incorporar sus creencias y rituales a las ceremonias católicas. Así que lo hicieron, implementaron estas mascaras a sus ritos cristianos, especialmente las festividades marcadas en el calendario católico.

Existen diferentes tipos de máscaras según su locación geográfica y usos. Las hay para funerales, utilizadas por sacerdotes para reencarnar deidades, pronunciadas en representaciones teatrales y bailes y más. Algunos de estos diseños ?encontrados únicamente en códices, pues la mayoría de materiales con los que se fabricaban eran biodegradables? nos podemos permitir imaginar como fantasías hiperrealistas en constante evolución, puesto que sus formas, dictaban las necesidades de la comunidad local.

Máscara de Calakmul (maya)


Las características faciales, colores e incluso los materiales utilizados pueden cambiar de pueblo en pueblo por las mismas danzas  o rituales realizados.
 Algunas de las máscaras que se realizaron con piedra o barro cocido han logrado sobrevivir hasta la actualidad, pero, como advertimos anteriormente la mayoría estaban hechas de productos biodegradables (madera, papel, tela y plumas).

La mezcla de los calendarios prehispánicos y cristianos y la mezcla de deidades precolombinas con santos cristianos proporcionaron una base para nuevas tradiciones religiosas (y con ello nuevos tipos de máscaras). Es en esta relación hibridosa que se puede identificar un vínculo importante entre la historia prehispánica y la conquista española de México, ya que representan una mezcla de las dos culturas.

Máscara de Tezcatlipoca


El primer baile de máscaras introducido por los españoles fue la Danza de los Moros y Cristianos. 
Los moros fueron expulsados de España en 1492 y los misioneros introdujeron el baile para mostrar la superioridad de los cristianos. El baile fue adoptado por el pueblo y todavía existen hoy en día muchas formas de esta danza. Las máscaras se siguen utilizando, pero el estilo cambia de pueblo en pueblo.

A pesar de que muchos de estos bailes (junto con sus máscaras) tuvieron una interesante mezcla cultural (se puede apreciar, por ejemplo, las máscaras de diablos que aún utilizan bailes regionales mexicanos), algunos otros bailes siguieron persistiendo con todo y sus máscaras originales. Ejemplo de ello es el baile llamado Tezcatlipoca o “espejo humeante”. Tezcatlipoca era el dios nocturno y estuvo representado por un hermoso espejo de obsidiana. Se le podía otorgar o denegar la fortuna y su deidad animal era el jaguar. Este baile hoy en día aún utiliza la máscara del jaguar.

Como mencionamos anteriormente, no existen muchos registros de máscaras prehispánicas originales, a excepción de las de piedra y barro fundido que puedes encontrar en museos, sin embargo,  en toda la República Mexicana se han sabido replicar a través de imágenes representadas en códices o representaciones en esculturas y figurillas de barro. Aquí algunas de las más hermosas:

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