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Insurgentes 348: Funcionalismo escondido

La expansión demográfica y el crecimiento industrial que había tenido lugar en los países europeos desde el siglo XIX, se detonó en los países latinoamericanos en las décadas de 1940 y 1950. En México, con la migración del campo a las ciudades, se inicia una etapa de desarrollo urbano acelerado que da lugar al surgimiento de promotores urbanos e inmobiliarios que comienzan a densificar las ciudades a través de edificios y rascacielos para albergar mayor población en el menor espacio horizontal posible.

Al mismo tiempo que ocurría esta densificación, se llevaba a cabo un intercambio cultural y artístico proveniente de la unión de mercados internacionales en la Segunda Guerra Mundial que tuvo fuerte influencia tanto en México como en toda Latinoamérica. El estilo internacional, corriente arquitectónica que inició en Europa desde la década de 1920, fue parte de esta internacionalización artística. En México comenzaron a surgir arquitectos influenciados por esta corriente, siendo Augusto H. Álvarez y Juan Sordo Madaleno unos de los más representativos.

Siguiendo los principios de esta corriente, ambos arquitectos buscaban diseñar edificios funcionales con espacios abiertos y transparentes rompiendo con la tradición arquitectónica y la ornamentación. A su vez, utilizaban materiales como cristal en las fachadas, acero y concreto para las losas y soportes estructurales. Con estos lineamientos, diseñan en 1950 el edificio de oficinas de Insurgentes 348 en la colonia Roma.

El edificio, emplazado en un terreno triangular que ocupa una cuadra entera, es completamente sólido en 3 de sus fachadas dejando la principal recubierta de cristal que permite la iluminación del espacio interior. Esta fachada, aún estando perfectamente modulada, logra perder la simetría con el juego de ventanas que le dan un mayor movimiento. El basamento del edificio, destinado al uso comercial, se encuentra remetido junto con la estructura del edificio generando una mayor amplitud en la banqueta para crear una mejor relación entre el peatón y el edificio.  La circulación vertical se encuentra en la parte posterior del edificio. Las escaleras curvas recorren los pisos del edificio ubicando los servicios de cada nivel en los descansos.

Actualmente, el edificio alberga en su último nivel las oficinas de Productora, uno de los despachos mexicanos más reconocidos hoy en día. En la planta baja se encuentra Liga DF, un proyecto iniciado por los mismos socios del despacho, que destina este espacio a la experimentación arquitectónica contemporánea a través de exposiciones, conferencias y talleres.

El edificio de Insurgentes 348 es un proyecto que quizás no es uno de los más conocidos de ambos arquitectos pero que vale la pena mencionar ya que además de ser una importante representación del estilo internacional en México, sigue funcionando perfectamente y su uso se ha ido transformando para incorporarse al entorno urbano.

 

TEXTO: MARCELA OLMOS PEREZ

FOTOS

1 y 2: productora-df.com.mx/projects/

3: mextrópoli .instagram.com

4, 5 y 6: Marcela Olmos Pérez

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