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Ecos de la ciudad: la estrepitosa historia detrás de la voz del “fierro viejo que vendan”

fierro viejo que vendan

Existen sonidos engendrados circunstancialmente en las calles populares de la capital que, por su resonancia tautológica y su naturaleza itinerante, se han vuelto iconos en el abanico acústico que ambienta el entorno de la Ciudad de México.

En esta sonoridad popular, nace uno de los ecos más resonates que día a día envuelven a la ciudad desde hace años: la peculiar voz de los fierros viejos: 

"Se cooompran: colchooones, tambooores, refrigeradooores, estuuufas, lavadoooras, microoooondas o algo de fierro viejo que vendaaan"

Dicho que emerge en la raíz de la autenticidad. Su historia, investigada recientemente por el diario El País, es bastante inesperada:

Esta voz se grabó con el propósito de ayudar al negocio de chatarra  de la humilde familia Terrón. El pregón se realizó hace aproximadamente 11 años, cuando María del Mar Terrón ?la voz protagonista?tenía tan sólo diez años. La idea fue de su padre don Marco Antonio Terrón, quien cuenta, que estructurar la grabación le tomó toda una noche completa, y que jamás se imaginó que la voz vuelta cassette hecha con métodos precarios de grabación se convertirían en un hito sonoro, no sólo de la ciudad, sino del país entero. 

Pero a pesar de que aquel pregón ha terminado siendo un sonido icónico y una herramienta muy recurrente entre los que se dedican a la chatarra, en poco o casi nada ha contribuido en la situación económica de don Marco y la joven María, que siguen sufriendo de las carencias continuas de no tener un empleo estable.

En la actualidad la joven y su padre se encuentran alejados del negocio de los fierros viejos y han tenido que cambiar constantemente de residencia para buscar un mejor lugar para ejercer su vocación, de hacer reír con su muy querido oficio de payasos.

En la paradojas que sólo en una ciudad como la nuestra se pueden ver, esta grabación ha sido todo un suceso que ha beneficiado a muchas personas; podemos oírla mezclada en alguna pista de un DJ,  plasmada en playeras como tendencia de extrovertida moda, como ringtones de teléfonos o siendo utilizada por cientos de nuevos compradores de fierro. Pero toda esta plusvalía que genera, nunca ha beneficiado a los creadores. 

Pero, a pesar de todo, los Terrón dicen sentirse bien, con el simple hecho de saber que crearon una de las estrofas más famosas de México y contribuyeron a enriquecer la identidad sonora de la metrópolis.   

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