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Sobre cómo Luis Barragán se convirtió en un diamante…

Barragán, el gran arquitecto mexicano, murió en 1988. Sus cenizas permanecieron en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, en Guadalajara, hasta septiembre del año pasado, que una artista conceptual estadounidense, Jill Magid, las extrajo de su oxidada urna de cobre y las llevó a Nueva York.

Los diamantes extraídos de minas tienen, regularmente, entre uno y tres billones de años de edad. Pero el diamante que unos meses después llegó por correo a casa de Magid en Nueva York había sido creado, por una compañía suiza especializada en comprimir restos humanos, en un lapso de seis meses, utilizando las cenizas del gran Luis Barragán. El futuro de este objeto era el de convertirse en un anillo de compromiso, pero el gesto inicial es hermoso: la creación de un pedazo de joyería con una de las más valiosas figuras de la arquitectura mexicana.

Durante muchos años, desde 1995, los archivos y derechos de la obra de Barragán, que fueron comprados por un magnate suizo y regalados a su prometida Federica Zanco (cuenta la leyenda, en lugar de un anillo de compromiso), han estado fuera de la luz pública. Las fotografías y reproducciones de la obra del arquitecto están completamente controladas y vigiladas; esta cuestión llamó la atención de Jill Magid, apasionada de la obra de este arquitecto, quien contactó a la familia de Barragán en 2014.

En un gesto totalmente conceptual Magid planteó a la familia Barragán buscar a Zanco y proponerle un hermoso intercambio: el anillo hecho con los restos del arquitecto, a cambio de que ella abriera el archivo y, tal vez, lo devolviera a México.

El archivo ?que incluye 13,500 dibujos, 7,500 impresiones fotográficas, 7,800 diapositivas, 290 publicaciones sobre el trabajo de Barragán, 54 publicaciones coleccionadas por el mismo Barragán, siete archivos de recortes, siete modelos arquitectónicos, algunos muebles y varios archivos de notas, manuscritos, listas y correspondencia del arquitecto? fue resguardado por Federica Zanco en una fundación creada por ella, Barragan Foundation, que eventualmente adquirió también fotografías del artista y que es dueña de los derechos completos de la obra de Luis Barragán.

El anillo de compromiso hecho de Luis Barragán para Federica Zanco es ahora una exposición titulada The Proposal, y se encuentra en exhibición en el Kunst Halle Sankt Gallen en Suiza, para después ir a San Francisco a otra exposición.

La hermosa historia del anillo de compromiso no sólo promete la posibilidad de que el archivo de uno de los más grandes arquitectos de la historia de México pueda abrirse al público, también ha planteado importantes cuestionamientos, producto del brillante proyecto de Jill Magid, en torno a la propiedad del arte, su politización y la importancia de la democracia de su valor?

 

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