En la época del porfiriato, se planeó construir un Panteón Nacional.
A principios del siglo pasado, don Porfirio Díaz tuvo la iniciativa de construir un Panteón Nacional, que además de fungir como mausoleo, también tomara el papel de una plaza comunal en la ciudad.
Se querían guardar los restos de los caudillos insurgentes, y otros personajes de relevancia durante la etapa de la Independencia en México. El mayor cometido era brindarles un propio espacio, ya que en aquella época, se encontraban dentro de la Capilla de San José en la Catedral Metropolitana.
Una vez aprobada la propuesta, se tomaron en cuenta distintos lugares. Se pensó el Panteón de Dolores, un territorio en Anzures, Chapultepec o alguna glorieta del Paseo de la Reforma.
El proyecto se volvió responsabilidad de la Secretaría de Comunicaciones, quien le encargó la obra al arquitecto Guillermo de Heredia. Cabe mencionar, que se trataba de una época en la que las viejas construcciones se derribaban para dar paso a monumentos suntuosos y sugestivos, que le dieran un aspecto mucho más plausible a la ciudad más importante del país.
Finalmente se decidió que el Panteón Nacional sería construido en una huerta en la colonia Guerrero. Y hace 113 años, un montón de políticos y gente de alcurnia se reunieron en aquel predio para presenciar a Porfirio Díaz colocar la primera piedra.
Los planos mostraban una plaza de forma circular, con alrededor de 60 metros de radio. Tenía distintas entradas, y en el centro sería donde se levantaría orgulloso el monumento. También se concibió a la plaza como un lugar que sirviera como recinto, para organizar ceremonias cívicas y conmemorar fechas patrias.
El mausoleo iba a estar lleno de esculturas, que representasen la historia de la patria a través de virtudes, como la perseverancia, la paz y la justicia.
Inclusive se construyeron nuevas calles por aquel rumbo, y se renombraron con nomenclaturas patriotas. Calle de los Héroes y Avenida de los Hombres Ilustres son algunos ejemplos de esto.
Sin embargo, el proyecto jamás logró consolidarse. Tras la colocación de la primera piedra, no se pudo avanzar y el trabajo se entorpeció. Aún se desconocen las razones por las que el Panteón Nacional nunca se construyó. Se cree que el Ángel de la Independencia tuvo más atención y relevancia, por lo que le prestaron más recursos y tiempo a ese monumento. Sin duda el Panteón Nacional hubiera sido un emblema para la historia insurgente del país y un referente clave de la colonia Guerrero.
