El colibrí no es sólo un ave para la cultura mexicana, es su corazón.
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El colibrí
Octavio Paz
En México habitan alrededor de 57 subespecies de colibríes, como símbolo tanto de la biodiversidad en el país, como de la eternidad del dios guerrero Huitzilopochtli. De modo que a la hora de ver la belleza de sus alas revoloteando con alegría, estamos viendo realmente a la personificación de un guerrero que murió en un campo de batalla o en la piedra de sacrificios, pasó cuatro años en al paraíso Tonatiuhichan ?traducido como "casa del Sol"? y regresó a la tierra en forma de colibrí.
La presencia del colibrí en México posee, en otras palabras, una importancia tanto histórica, cultural como ecológica, pues además incluye la sacralización de una emoción, la que habita en el corazón. De hecho, la forma del colibrí se lleva como un amuleto propiciador de la líbido, la pasión y la abundancia, así como un alter-ego zoomorfo de los dioses, nigromantes y hechiceros. Y quizá esta sea la razón por la que Frida Kahlo haya representado a un colibrí en uno de sus autorretratos más famosos.
Dado que el colibrí es uno de los animales más representativos de nuestra cultura, es importante conocer un poco más acerca de él. Como por ejemplo, que los aztecas solían usar sus plumas en escudos y ropas para sentirse protegidos por sus predecesores guerreros; o que en Tecali, Puebla, existe un cerro de los colibríes llamado Huitziltepec; o reconocer la diversidad de estos pequeños relámpagos en el país. Para ello, te compartimos el siguiente video e infográfico:
¿A cuántos de estos colibríes has podido ver cerca de ti?
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