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La ecléctica intervención sonora que invadió la Casa Luis Barragán

casa luis barragan

¿Quién dijo que la Casa Luis Barragán sólo da cabida a la interpretación arquitectónica?

 

La Casa Luis Barragán fue erigida en 1948, y hoy por hoy, es una de las obras arquitectónicas contemporáneas con mayor relevancia a nivel mundial. No es casualidad que la UNECO la haya nombrado Patrimonio Mundial desde hace más de una década. Y es que, según esta institución, es el único inmueble individual de América Latina que logra una yuxtaposición entre elementos tradicionales y modernos.

Actualmente, el museo que en realidad fue la residencia y taller del artista, es un referente clave para comprender la realidad estética de esta ciudad. Pero? ¿quién dice que es únicamente a través de la arquitectura que se puede apreciar esta casa?

Si bien la nueva intervención que se está llevando a cabo en el lugar no cae en la categoría de "exposición", sí busca dar a conocer una faceta distinta y latente que redefine la Casa Luis Barragán.

El proyecto forma parte de Estancia FEMSA, y corrió a cargo del músico Eduardo Aragón (originario de Oaxaca). La instalación sonora se llama Hípico. Música, caballos y arquitectura, y consiste en una canción que dura seis minutos y se reproduce continuamente en los diferentes espacios y habitaciones que constituyen la residencia.

Para realizar esto, Aragón visitó la casa. A partir de recorridos minuciosos y una investigación ardua, eligió elementos peculiares y poco conocidos de la vida de Barragán para que fungieran como inspiración de la creación sonora.

El músico se percató de que el arquitecto tenía una especial admiración por los caballos. Es por este motivo que la canción que adorna la casa cuenta con sonidos muy similares a los corridos. La intención de Aragón era aludir a la noción ecuestre en México, desde su llegada a la Nueva España, pasando por la etapa revolucionaria, y hasta llegar a convertirse en un símbolo de la élite citadina.

De igual forma, en la pista existe un sincretismo entre los tintes abstractos y clásicos, por la fusión tan acertada entre las notas del piano y el saxofón con el sonido del silbato de la muerte. Este artefacto prehispánico tiene lugar en la canción de Aragón porque la casa cuenta con diversos adornos que aluden a la muere, como calaveras y otros esqueletos.

Así como la luz invade cada rincón de la casa, también la música entrará en las habitaciones para definir el panorama desde otra perspectiva. Hípico. Música, caballos y arquitectura se podrá escuchar en vivo todos los sábados hasta el 10 de diciembre. Y entre semana, se reproducirá la pista alrededor de todos los espacios del lugar. No dejes de visitar la Casa Luis Barragán; adentrarte en cada habitación será una experiencia exultante con esta magnífica sinfonía que cuenta la afamada historia del arquitecto.  

Imágenes: Warp

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