Más de sesenta obras hechas por artistas que vieron desde la primera fila la insurrección del punk en el mundo.
El movimiento Punk fue una de las primeras banderas que los jóvenes de los setenta usaron para alzar su voz contra una sociedad que los había marginado. Como arma usaban la música y para crearla tenían guitarras ruidosas, compases rápidos y letras que proclamaban rebeldía.
Los ídolos se llamaban Velvet Underground, Six Pistols, The Ramones, The Clash, entre otros, y sus seguidores usaban chamarras con banderas rotas, peinados estrafalarios y demás accesorios destinados desafiar la tradición. Eran personajes algo degenerados, afiliados al caos y al desorden, que entendían la libertad tal cual es, con sus carencias y oportunidades.
A todos nos hubiera gustado que ese concierto fuera eterno, pero el tiempo llegó y esas melodías vanguardistas se volvieron clásicas, y los jóvenes se convirtieron en adultos. Sin embargo, el Punk nunca murió, dejó una huella profunda que sólo algunos entienden y que ahora es el tema principal de una de las mejores exposiciones que se han presentado en la capital mexicana, Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo.
Esta muestra se empezó a fraguar hace dos años gracias a la curaduría del experto en arte David G Torres. Primero se presentó en Madrid, en el Centro 2 de mayo, con gran recibimiento entre los Ibéricos. Luego se fue a Barcelona al MACBA donde tuvo mucho éxito y ahora ha llegado a la Ciudad de México.
Se ha instalado en el Museo Universitario del Chopo, un lugar que, por tradición, y por la importancia de su tianguis, recibe cálidamente todos los movimientos contraculturales que hay en esta urbe. Desde hace mucho tiempo, el Chopo ha sido uno de los espacios que mejor entienden la irreverencia y el mensaje de los punks.
Esta exhibición presenta más de sesenta obras europeas, latinoamericanas, estadounidenses y mexicanas, hechas por artistas emergentes, pero también por aquellos virtuosos veteranos que fueron testigos y cómplices de los grandes momentos del punk. Esos creadores que vieron desde la primera fila la insurrección del movimiento y conocen mejor que nadie lo que propuso y el legado que dejó.
Además de las esculturas, performance, fotografía y pinturas que se presentan en Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo, se exhibe un proyecto documental dirigido por Gloria Guso, una investigadora de Barcelona, que se ha encargado de rastrear la historia del movimiento; las influencias, huellas culturales y destellos que tuvo.
Las razones para ir a esta muestra son muchas: ser testigo de ese honroso grupo de individuos que se atrevió a romper estereotipos, a cuestionar las reglas y se permitieron ser auténticos. Tal vez, al ver esta exposición algo de rebeldía necesaria se nos contagie.
Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo, se quedará en el Museo Universitario del Chopo (Doctor González Martínez 10, Colonia Santa María la Ribera) hasta el 26 de marzo del 2017.
Para mayor información consulta su página.