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Un poco sobre Manuel Gutiérrez Nájera, el primer cronista de la CDMX

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En sus crónicas podemos encontrar el pasado de nuestra urbe…

 

La vida y obra de Gutiérrez Nájera es conocida a medias. Su enorme cuerpo literario es, casi siempre, reconocido más por su poesía y sus narraciones cortas, dejando a un lado su gran importancia como un agudísimo observador del espacio urbano que habitó. Precursor del modernismo en México, poeta, escritor, y cirujano, Nájera fue, además, el primer cronista de la Ciudad de México, uno que sin duda cambió el rumbo de la narrativa y estética literaria de nuestra capital.

"El Duque de Job" (uno de los muchos pseudónimos que utilizó Manuel Gutiérrez Nájera) nació un 22 de diciembre de 1859 dentro de una familia de clase media de la Ciudad de México. Se dedicó a la literatura toda su vida; se sabe que comenzó a escribir a la edad de trece años. Compuso poesía, escribió reseñas de teatro, crítica literaria y tuvo una breve incursión al mundo de la literatura infantil.

Al lado de Carlos Díaz Dufoò, Gutiérrez Nájera fundó la Revista azul, una publicación que guió y definió el modernismo mexicano en sus inicios, razón por la cual la figura de este escritor es considerada actualmente uno de los pilares de dicha corriente, y sus herencias subsecuentes a la historia de la literatura mexicana.

A pesar de haber tenido influencias literarias notables y cosmopolitas ?Leopardi, Flaubert, Baudelaire y Muset, entre otros?, Gutiérrez Nájera nunca salió de México, y el único libro que publicó en vida, firmado con su nombre, fue la antología llamada Cuentos frágiles, en 1883. El resto de su obra se dio a conocer en diferentes publicaciones periódicas de la época, y siempre bajo pseudónimos. Pista que nos dejan adivinar la discreción de este importante artista.

Justo Sierra definió el estilo literario de Gutiérrez Nájera como una "especie de sonrisa del alma", y un José Emilio Pacheco lo llamó el mejor escritor mexicano del siglo XIX en un artículo del año 2000. A pesar de que sus cuentos y poemas son más conocidos que su trabajo como cronista, existieron pocas personas de la época que cultivaron el género como lo hizo Gutiérrez Nájera, quien dedicó una gran parte de su obra a dibujar y redibujar ese espacio que hasta el día de hoy nos conmueve y nos llena de perplejidad, la hermosa Ciudad de México. Como de manera acertada lo expresa Pacheco en su artículo-homenaje al escritor: "El cronista ha sobrevivido un siglo de cataclismos. Hoy se muestra más fascinante que nunca."

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