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Desentierran una ofrenda de oro en el Templo Mayor

templo mayor

Los arqueólogos aseguran que se trata del oro azteca más fino jamás encontrado?

 

Es bien sabido que el centro de esta ciudad representa un emblema clave cuando se habla de la identidad mexicana. Es aquí donde se desdobla un sinnúmero de sincretismos culturales e históricos, pues mientras uno camina por sus callejones y aprecia construcciones coloniales, también es posible toparse con vestigios arqueológicos que nos recuerdan nuestro pasado prehispánico.

Encima de lo que alguna vez fue Tenochtitlán se edificó la Nueva España. Y cuando alguna obra civil requiere de excavaciones, es común que los trabajadores den con asombrosos descubrimientos aztecas. Por fortuna, no tardan en arribar al lugar los arqueólogos, para desenterrar con cuidado los tesoros mexicas que yacen en el subsuelo y todavía hoy definen nuestra idiosincrasia.

No por nada el Centro Histórico de la capital es también llamado el corazón de la ciudad. Y es que últimamente, los descubrimientos que se han llevado acabo allí lo han puesto bajo el reflector. Hace poco hallaron los restos de un templo dedicado al dios del viento, Ehécatl, y un terreno que fungía como la cancha del afamado juego de pelota. De igual manera, hace poco surgió de las entrañas del centro un huey tzompantli compuesto por 35 cráneos.

Ahora, en el Templo Mayor se ha encontrado una fascinante ofrenda integrada por 22 piezas de oro, dentro de una bóveda de piedra. Según Leonardo López Luján, el arqueólogo responsable de las excavaciones del Templo Mayor, este tesoro representa el oro azteca más fino que jamás se haya encontrado.

Dicho hallazgo tuvo lugar cerca a las escalinatas del centro ceremonial más importante de Tenochtitlán, ese que se yuxtapone con la Catedral Metropolitana, una de los edificios más icónicos del periodo virreinal. Cabe mencionar, que entre las piezas que se encontraron, destaca una argolla nasal y un pectoral.

Es importante aclarar que durante los últimos 40 años, se han encontrado más de 200 ofrendas en las excavaciones del Templo Mayor, y solamente 16 tenían piezas de oro. Por este motivo, resulta importante este nuevo hallazgo.

Además del oro, se encontraron también restos de un lobo, que contaba con aproximadamente ocho meses de edad. Estaba vestido con un cinturón y adornos, haciendo alusión a Huitzilopochtli, dios del sol y la guerra. Se cree que su corazón fue removido como sacrificio, pero para determinar con certeza esta hipótesis, será menester realizar diversas investigaciones.

Los arqueólogos que dieron con este magnífico tesoro, estiman que el entierro del lobo y el oro data del reinado de Ahuitzotl, uno de los tlatoanis más temidos, quien gobernó entre 1486 y 1502. Esto pone a pensar a los investigadores, pues es posible que debajo del suelo que constituye el Zócalo, la Catedral Metropolitana y el Templo Mayor se escondan otros restos que nos acerquen un poco más a la cultura de nuestros antepasados.

Imágenes: Reuters.

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