MXCity | Guía de la Ciudad de México

La historia de una de las pocas casas porfirianas que queda en pie

Porfiriana

Un recorrido por la misteriosa Casa Gargollo…

 

La extraordinaria colonia Juárez surgió como consecuencia natural de la cimentación del Paseo de la Reforma durante el Segundo Imperio Mexicano. En esa época, un grupo nutrido de aristócratas construyeron en el sitio una serie de palacetes monumentales que usaban como casa de campo los fines de semana. Pronto, gracias a la influencia porfiriana se formaron en el lugar cinco colonias llenas de ese tipo de mansiones.

Cabe destacar que, estos inmuebles no se parecían en nada a los otros que había en la ciudad a principios del siglo XX. Tenían una serie de características arquitectónicas que los hacían especiales. Eran las únicas, por ejemplo, cuya entrada no empezaba en la puerta sino en un jardín frontal que estaba delimitado por una reja.  

Desafortunadamente, como muchas bellezas de la capital mexicana, en el transcurso de los años estas casas antiguas fueron desapareciendo en pos de los ánimos de modernización de distintos gobernantes. Y ahora en pleno siglo XXI, sólo quedan en pie seis construcciones memorables.

Un claro ejemplo de lo anterior es la Casa Gargollo, una suntuosa casa porfiriana, perfectamente conservada, que fue construida en 1903 por José Luis Cuevas, el mismo arquitecto que años más tarde se encargó de confeccionar la Colonia Condesa. El primer dueño de este predio fue Don José Gargollo, un acaudalado comerciante que además de inspeccionar personalmente cada detalle de la fachada decidió adornarla con materiales importados de Europa.

Fue tan fino el mobiliario con el que se decoró el espacio que más de un siglo después todavía se mantiene en buen estado. Los candiles de 1905 aún brillan en del techo, las fuentes de piedra, que Don José mandó traer de Italia, siguen tirando chorros, las esculturas se mantienen enteras, el piso sin ninguna fisura, como si nadie hubiera pasado encima y las escaleras de caracol francesas que están en la estrada conservan su imponente herrería.

Pero además de estos asombrosos detalles estructurales, la Casa Gargollo ha sido el espacio por el que ha pasado la historia de México y la prueba de ello son algunos objetos que viven en el sitio. Ahí está el piano que se usaba para musicalizar las fiestas de Porfirio Díaz, la mesa de billar que usó Maximiliano como cama, un globo terráqueo de antaño  en el que está trazado el territorio original de México y un túnel secreto que sirvió para esconder curas durante la Guerra Cristera.

Hoy en día, esta impresionante mansión es la sede del University Club que se instaló ahí en 1930, luego de que don Gargollo quedara en la quiebra. Desde esa época hasta ahora, el palacete ha sido el segundo hogar de un selecto grupo de extranjeros universitarios que han decidido pasar una temporada en México y necesitan hacerse de espacios para socializar, hablar de filosofía o sólo tomarse un trago en un lugar en el que el tiempo parece detenido.

Exit mobile version