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La misteriosa historia detrás del Museo de Cera

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Un recorrido por una de las casas más emblemáticas de la Colonia Juárez…

 

Entre Londres y Berlín, en una de las colonias más antiguas de la Ciudad de México, hay una casa que siempre ha acompañado la historia de nuestra capital. Se trata de la Antigua Hacienda de la Teja, un inmueble estilo Art Nouveau, cuya arquitectura fue parte del sueño que alguna vez tuvo Porfirio Díaz para esta urbe.

La Antigua Hacienda de la Teja fue construida en la primera década del siglo XX, por el arquitecto Antonio Rivas Mercado, el mismo que hizo el Ángel de la Independencia y otras maravillas de la capital. Este genio, la diseñó con un estilo afrancesado muy singular, para imitar las casas que en aquella época estaban en Avenida Juárez.

 

 

El primer habitante de esta propiedad fue el abogado José María Natividad Casterona, un célebre abogado que participó activamente en la Revolución Mexicana, que fue amigo cercano de Carranza y enemigo acérrimo de Huerta. Este aristócrata además redactó el artículo 123 y fue el primer rector de la Universidad Nacional. Cabe destacar que, debido a su activismo político, Natividad estuvo en la cárcel dos veces y casi le queman la casa los enemigos de Madero.  

Tras la muerte de Don José, la hacienda atravesó muchas facetas. Unos años fue un inmueble abandonado que visitaban los niños para espantarse. Luego se transformó en un hermoso restaurante, más tarde en las oficinas del INBA y finalmente, antes de que el gobierno la demoliera, se convirtió en la sede del Museo de Cera de la Ciudad de México.

 

 

De acuerdo a los directivos del recinto, las primeras estatuas que llegaron ahí fueron las de Pancho Villa, Emiliano Zapata y Gandhi. El artista encargado de darles forma y alma a estos personajes fue José Neira, un escultor que se hizo famoso por hacer los monstruos de las películas del Santo.

Desafortunadamente, Villa, Zapata, Gandhi y otras tantas figuras escabrosas que estuvieron exhibidas en este espacio durante dos décadas, se quemaron en un incendio que hubo ahí en 1992, cuando una falla eléctrica llenó de fuego el recinto y consumió todo lo que había adentro.

 

 

Esta tragedia provocó que el Museo cerrara sus puertas 14 meses, y finalmente se convirtiera en lo que es hoy: un espacio en el que viven 235 personajes de cera que recorren los pormenores de la historia de México, del mundo y del pop. Hoy quien quiera puede conocer a Putin, a Michel Jackson, al Papa, a Picasso, a Steve Jobs y hasta a Leonardo pintando la Gioconda. 

 

 

Por otro lado, la vejez de la casa, sus sótanos y pasajes secretos, han dado lugar a un conjunto de leyendas escabrosas capaces de espantar a cualquiera. De hecho, según los cuidadores del recinto, todas las noches se aparece en el lugar una niña que clama por su mamá ¿Será cierto?

 

 

Museo de Cera

Dirección: Londres 6, colonia Juárez

Web: museodecera.com.mx

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