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Sobre las curiosidades que rodean al Himno Nacional Mexicano

himno nacional

Algunos datos que engloban esta pieza que es el estandarte del país y que nos une como ciudadanos.

 

En 1853, el presidente Antonio López de Santa Anna lanzó dos convocatorias en el Diario Oficial del Gobierno de la República Mexicana para elegir una letra y una musicalización para un himno nacional, todo con el fin de otorgarle una mayor identidad a los mexicanos. El ganador en la letra fue el poeta potosino Francisco González Bocanegra con Himno Nacional Mexicano.

Por otro lado, en el concurso de la música, resultó victorioso el italiano Giovanni Bottesini, sin embargo, la pieza no fue del agrado de todo el público, por lo que se convocó de nuevo. La nueva armonía elegida se llamaba Dios y libertad, del español Jaime Nunó, un antiguo conocido de Santa Anna que radicaba en el país desde hacía varios años.

Desde 1854, este símbolo de la nación se ha entonado con orgullo, pues habla de los muchos elementos que formaron una patria; esa nación que a lo largo de los siglos se ha defendido sin importar el adversario. A continuación algunos datos inadvertidos que enmarcan la esencia de nuestro precioso Himno Nacional Mexicano:

 

La primera vez que se cantó el Himno Nacional fue en el Gran Teatro de Santa Anna, hoy Gran Teatro Nacional. Las voces que embelesaron a los asistentes fueron la soprano Balbina Steffenone y el tenor Lorenzo Salvi, ambos italianos.

Se cuenta que Bocanegra no estaba interesado en participar en la realización del himno, no obstante, su prometida Guadalupe González del Pino lo encerró en un cuarto lleno de libros sobre la historia y crónicas del país. Al resultar ganador no recibió pago alguno por la composición.

En 1954 se conmemoró el centenario del estreno del Himno Nacional. Uno de los festejos más bellos corrió a cargo de Correos de México, quien emitió una serie de estampillas alusivas.

Debido al conflicto entre liberales y conservadores que inició en 1862, el Himno se dejó de entonar durante muchos años, hasta que en 1943 Manuel Ávila Camacho lo volvió a oficializar con un decreto en el Diario Oficial, poniendo sus debidas restricciones de dónde podía ser tocado. Cabe mencionar que hasta hoy día se conservan estas estipulaciones.

En un inicio, el himno estaba compuesto por 10 estrofas. En algunas se hacían referencias hacia Santa Anna, las cuales fueron removidas debido a la imagen que generaba en el pueblo el ex presidente. Hoy en día solo se cantan cuatro estrofas junto al estribillo. 

A pesar de que traducir el himno está prohibido, hay una norma que desde 2005 permite traducirlo a varias lenguas indígenas que se hablan en el país. Entre ellas están el maya, náhuatl, zapoteco, chinanteco, otomí, entre otras. También se han hecho excepciones con grandes grupos que habitan el territorio como con los menonitas, a quienes se les permite cantar una versión en alemán en sus comunidades.

Autor: Alejandro Nájera.

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