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Octavio Paz y su reflexión acerca del terremoto del ‘85

"Escombros y semillas", un ensayo de 32 años que hasta la fecha hace muchísimo sentido?

 

El 10 de octubre de 1985, casi un mes después del terrible sismo que hizo colapsar cientos de edificios en la Ciudad de México, el escritor Octavio Paz publicó un ensayo que expuso todo lo que surgió de entre los escombros que las manos mexicanas limpiaron durante los días que siguieron al temblor.

Escombros y semillas es el título del texto que el intelectual hizo para el periódico español El País. La obra comienza haciendo un repaso por la historia de México, pasando por la época precolombina y colonial. Más adelante, Paz denuncia la corrupción y negligencia por parte de la industria constructora y el gobierno.

Al final, el también poeta remata con un aire esperanzador, al mencionar las cualidades que se hicieron visibles entre el pueblo mexicano, uno que no dudó en dejarlo todo para salir a ayudar y reconstruir la ciudad. A continuación, algunas reflexiones del ?85 que Octavio Paz bien pudo haber escrito para esta situación:

"Ante los infortunios y los desastres, lo mismo los naturales que los históricos, los hombres han respondido siempre con actos y con obras. La religión, el pensamiento, el arte y la acción son nuestra respuesta a la universalidad del mal y de la pena".

"Ahora, los temblores del 19 y el 20 de septiembre nos han redescubierto un pueblo que parecía oculto por los fracasos de los últimos años y por la erosión moral de nuestras elites. Un pueblo paciente, pobre, solidario, tenaz, realmente democrático y sabio".

"Los mexicanos han sido siempre grandes constructores, y las distintas ciudades de México -la azteca, la novo-hispana y la del siglo XX- nos han dejado monumentos admirables".

"Justicia poética: mientras el temblor, en unos pocos minutos, echó por tierra esas construcciones alzadas por la vanagloria, la ambición y la codicia, los viejos edificios siguen en pie. Lo verdaderamente terrible ha sido el costo en sangre: las víctimas nos duelen más que las pérdidas materiales".

"Hoy se habla de reconstrucción? Cierto, es una tarea que, de llevarse a cabo, requerirá los esfuerzos de dos generaciones. No importa: éste es el momento propicio para comenzarla".

"La acción popular recubrió y rebasó en unas pocas horas el espacio ocupado por las autoridades gubernamentales. No fue una rebelión, un levantamiento o un movimiento político: fue una marea social que demostró, pacíficamente, la realidad verdadera, la realidad histórica de México".

"Que sea indispensable que en la tarea de reconstrucción-rectificación que será larga y penosa, participen todos los distintos grupos sociales. Tenemos que encontrar nuevas vías de participación popular. Es inaplazable asimismo que las autoridades oigan la crítica y acepten la fiscalización de la sociedad".

"La enseñanza social e histórica del sismo puede reducirse a esta frase: hay que devolverle a la sociedad lo que es de la sociedad".

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