MXCity | Guía de la Ciudad de México

¿Por qué el metro es el lugar más seguro para estar durante un sismo?

Un transporte adaptado al inestable suelo de la capital?

 

Aunque todos estamos conscientes de las imperfecciones que actualmente sufre el Sistema Colectivo Metro y nos hemos quejado amargamente de sus inundaciones, el mobiliario y los retrasos, es correcto asegurar que el metro de capital ha sobrevivido tres terremotos sin mayores percances, lo cual de alguna manera habla bien de este transporte subterráneo.

Desde hace 48 años el metro de la Ciudad de México ha tenido la entrañable misión de llevar a los capitalinos a su destino. Todos los días lo abordan más de 5 millones de usuarios por su rapidez y por el impresiónate alcance de sus estaciones.

La primera línea (que iba de Zaragoza a Chapultepec) se inauguró en 1969 como una respuesta al acelerado crecimiento de la población y las escasas maneras que había en el momento para llegar de un lugar a otro de manera rápida. A pesar del escepticismo que había alrededor del proyecto por su costo y por el terremoto de 1957, el presidente de ese entonces Díaz Ordaz se impuso y con ayuda de los franceses, lo concretó.

Debido a las  condiciones del suelo en México y por la naturaleza lacustre de algunos lugares de la metrópoli, los ingenieros encargados del hacer el metro pusieron especial énfasis en la edificación de sus cimientos. Para hacerlo utilizaron concreto reforzado, una técnica vanguardista que resguarda de manera magnífica los materiales. Gracias a dicha decisión el transporte subterráneo de esta urbe se convirtió en una de las estructuras más segura del mundo.

Cabe destacar que esta atención en los materiales y las formas, no sólo se aplicó a las estaciones subterráneas, también se usó para hacer las líneas que van arriba de la tierra. De hecho, estas últimas fueron diseñadas con los mismos principios de construcción que se usan en los edificios más sofisticados. Estos detalles hacen al metro un sitio profundamente seguro. 

Por eso, hasta ahora el metro ha resistido de una manera digna los terremotos más fuertes de nuestra historia reciente. Sobrevivió a la catástrofe del 85 con mucha dignidad y en los movimientos telúricos recientes sólo tuvo algunos percances, sobre todo en la línea 12, donde se encontraron escasos daños estructurales.

En el siniestro suscitado el 19 S, una vez más el transporte subterráneo de la CDMX fue uno de los lugares más recomendables para estar durante esos dos minutos que lo cambiaron todo.

Según algunos testimonios la experiencia del martes fue así:  de un momento a otro, (como se ha hecho siempre) se cortó la energía, los vagones pararon por un lado y por otro, se invitó a la gente que estaba lista para abordar a que se replegara en la pared, lejos de las vías y a que esperaran que parara. Mientras tanto, un policía le decía a todos los espantados "no se preocupen están en el lugar más seguro, aquí se siente menos fuerte que arriba."

Con información de: El País

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