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La madrugada que el Popocatépetl se despertó (Fotos)

Popocatepetl

Don Gregorio nos recordó una vez más su poder…

 

Según los aztecas hubo un tiempo en el que los cerros y los volcanes eran como nosotros. Andaban parados, caminaban como personas y tenían emociones. Para los mexicas el Popocatépetl era un hombre, que vivía en el sur, que pasaba sus días compitiendo con el Cerro Gordo para ver quien se sentaba antes en el trono de oro.

Mientras el cerro corría y era soberbio, el Popo caminaba día y noche con paciencia y humildad. Esa tenacidad le permitió conquistar su objetivo y ganar al fin la carrera. Tras la victoria, el cerro gordo se enfureció y le aventó un rayo eléctrico tan fuerte que le arrancó la punta y lo orilló a vivir con un hoyo en el centro.

Esta asombrosa leyenda ha persistido en el tiempo, y aún hoy, en pleno siglo XXI, sigue siendo transmitida por los pobladores que viven en las zonas aledañas al volcán. Para estos hombres el Popocatépetl es, además, un inmenso depósito natural dentro del que se alojan las nubes, los vientos, y las lluvias. Según ellos, en el cráter del volcán vive también Tonalli, un espíritu poderoso capaz de dialogar con las personas.

Dicha deidad prehispánica de la montaña es conocida como Gregorio o Goyo. Este ser posee la facultad de adquirir formas humanas, tiene su propia personalidad, sus intereses y puede escuchar las peticiones humanas. Por eso, de tanto en tanto, algunas personas lo visitan, le llevan alimento, ropa, cigarros y le cantan para que esté tranquilo.

Y es quizá gracias a estas charlas, que el Popocatépetl se ha quedado en paz los últimos mil años. Aunque ocasionalmente saca sus fumarolas y cubre de ceniza los pueblos, se ha mantenido parcialmente dormido pero eso no se sabe.  Los especialistas aseguran que no es posible predecir el comportamiento que tendrá y aunque siempre hay que estar atentos a su comportamiento cotidiano, el volcán podría quedarse como está muchos años más.

Esto es difícil de creer en estos días, sobre todo porque durante la madrugada de este jueves el Popocatépetl registró una explosión (poco usual) que arrojó a la superficie una serie de fragmentos incandescentes que cayeron a 600 metros del cráter. Afortunadamente no hubo daños que lamentar. De hecho, hasta ahora el semáforo (que indica la peligrosidad de su actividad) se mantiene en amarillo, lo que significa que hay estar alerta por cualquier cosa, pero que todavía no hay nada de qué preocuparse.

Cabe destacar que gracias a la tecnología, muchos profesionales y cámaras retrataron el momento exacto en el que sucedió la explosión. Para que se den una idea más clara de lo que pasó el jueves les dejamos una galería con las imágenes más emblemáticas de aquella noche en la que don Goyo se despertó para recordarnos el poder que vive en sus entrañas.

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