Nubes y lágrimas habitarán la galería Proyectos Monclova

MXCity

7 years ago

Proyectos Monclova presenta Nubes y lágrimas de Michael Sailstorfer?

Dotada de una tristeza esencial, la obra del artista alemán Michael Sailstorfer (1979) genera cuestionamientos estéticos profundos, además de descubrir el solipsismo del ser humano como agente destructivo del universo.

Esta exposición, será la primera vez que este artista exhibe su obra en México, integra videos, esculturas e instalaciones, y estará abierta del 9 de noviembre al 22 de diciembre en Proyectos Monclova.

El desgaste, el tiempo, el renacimiento y la conciencia son algunos de los temas que trata la exhibición de Sailstorfer, muestra que gira en torno a lo que él ha llamado un "gato solar": animal hecho de aluminio que, desde un pilar, observa la luz de una lámpara de neón con profunda serenidad, como si absorbiera con aplomo su luz estática. Esta pieza resulta en una presencia central, entre artificial y estoica, un tótem que nos habla de una conciencia pura y, tal vez, superior.

Rodeando al extraño animal, una serie de máscaras fundidas con arena en aluminio, bronce y hierro ?que nos recuerdan a la estética de culturas polinesias y africanas, o, quizá a los rostros de extraños robots? nos hablan de la esencia de estos objetos ceremoniales, cuya intención final es esconder algo. Las marcas de sus moldes se conservan intactas en la superficie de las máscaras y nos hablan sobre su creación a través de sus cualidades físicas.Una llanta de automóvil conectada a un motor se desgasta constantemente contra la pared de la galería, Zeit Ist Keine Autibahn-Mexico City habla, a través de su incesable movimiento y el olor a llanta quemada, del paso del tiempo y su capacidad tanto de transformación, como de destrucción.

Finalmente, se nos presenta con las dos piezas que dan nombre a la exhibición: Tränen (en alemán "lágrimas") un video en el que dos lágrimas gigantes hechas de hierro caen y destruyen una casa en Bavaria, y Wolken Monclova ("Nubes Monclova"), una instalación de esculturas hechas de caucho de llantas que, como pesadas y negras nubes, cubren el cielo imaginario del espacio que las contiene, importando metafóricamente el cielo berlinés, y recordándonos una vez más los efectos del ser humano en el planeta a través de una metáfora profundamente literal.

La obra de Michael Sailstorfer existe llena de una discreta tristeza para hablar sobre la destrucción humana y a través de este discurso, quizá, proponer un nuevo orden en el que el ser humano no es el centro del universo ni su peor agente destructivo. El mensaje final, sin embargo, resulta esperanzador: la destrucción como medio para encontrar un nuevo orden, para concebir un nuevo universo.