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Casa del Obrero Mundial: un ejemplo de anarcosindicalismo en México

Una organización que se encargó de convertir las uniones en sindicatos.

 

El anarcosindicalismo se define como una rama del anarquismo que está enfocada al movimiento obrero, a través del concepto del sindicato. Se trata, en realidad, de una forma de organización de los trabajadores, que entre otras cosas, busca respeto, seguridad y sueldos justos.

Un ejemplo de esto en México fue la Casa del Obrero Mundial (COM), un grupo que se fundó el 22 de septiembre de 1912 en lo que hoy se conoce como la Casas de los Azulejos en el Centro Histórico. Los líderes fueron Juan Francisco Moncaleano, Eloy Armenta y Agustín de Haro, y pretendían denunciar las condiciones deplorables en las que los obreros de la ciudad laboraban.

Esta organización estaba enfocada a elevar el nivel educativo de los trabajadores, con el objetivo de fortalecer sindicados y pelear por aspectos como aumentos e indemnizaciones en caso de accidentes.

Fue un movimiento revolucionario, que con trabajadores preparados pretendía liberar a la sociedad de cualquier tipo de opresión. Cabe mencionar, que en 1912 comenzaron siendo solamente ocho miembros, y tres años más tarde, la organización estaba compuesta por más de 90 mil obreros. Así, este grupo se convirtió en uno de los más relevantes en la historia de la Revolución Mexicana.

La Casa trascendía la noción de un lugar donde los obreros se reunían. Este colectivo se traduce como una unión de esfuerzos, pues además de trabajadores mexicanos, a la COM se unieron exiliados españoles, con el propósito de hacer de este movimiento el dominante de la clase obrera en el país.

Entre sus metas, destacaban puntos como la coordinación de uniones. Fue así como la Unión de Canteros, la Unión del Gremio de Carpinteros y la Unión de Operarios Sastres se convirtieron en el Sindicato de Canteros, el Sindicato de Carpinteros y el Sindicato de Operarios Sastres.

Si bien en un inicio la Casa del Obrero Mundial se constituyó como un centro para ligas de trabajadores, para 1915, su estructura le valió un semblante corporativo. Y es que su trato con los caudillos de la Revolución fue un tema polémico para la institución.

El 17 de febrero de 1915, la COM firmó un pacto con Venustiano Carranza, en donde se establecía que la Casa aceleraría el triunfo de la revolución. Para esto, los obreros formaron los llamados Batallones Rojos, agrupaciones que viajaron por toda la República para replicar el concepto de la Casa y de una vez por todas suprimir al Estado opresor.

No obstante, la COM se enfrentó al yugo del constitucionalismo, y tuvo que irse a huelga en 1916. Así fue el fin de este ejemplar grupo, una casa que comenzó como un punto de reunión para obreros y terminó por ser un movimiento que buscaba justicia. Y pese a que duró pocos años y se vio obligada a desaparecer, la actual calle de Obrero Mundial nos recuerda el valor de los sindicatos y el papel que desde hace un siglo han tenido en el país.

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