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Kennedy, su asesino y la clandestina relación de ambos con la CDMX

kennedy

Uno de los asesinatos más controvertidos del mundo se anunció en esta urbe?

 

El 29 de junio de 1962 el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México estaba de gala. El avión del hombre más poderoso del mundo estaba a punto de aterrizar en nuestro país. El presidente Adolfo López Mateos y su esposa esperaban sobre la pista agarrados de la mano. Las fuerzas armadas alimentaban de pólvora sus piezas de artillería y sonaban  los destellos melódicos del huapango.

Minutos después, el carismático John F. Kennedy y su esposa Jackie (con vestido gris y guantes largos) ponían por primera vez un pie en la CDMX. Bajaron de un avión American Airlines y saludaron con cierto nerviosismo a los mexicanos "ilustres" que fueron a recibirlos. Después, el líder de Estados Unidos dio un discurso acerca de la revolución, los buenos vecinos y los tiempos que estaban por venir.

Tras una larga ceremonia de bienvenida en el puerto aéreo, Kennedy y Mateos se subieron a un carro descapotable (parecido al auto donde meses más tarde le disparataran al mandatario estadounidense) y deambularon por el Paseo de la Reforma de los años sesenta. Miles de capitalinos salieron a las calles a atestiguar el momento. Apareció en el horizonte un cartel inmenso con la leyenda: "bienvenido presidente Kenedy".

La visita de los Kenedy duró dos días. En ese tiempo la pareja visitó los lugares más emblemáticos de la capital mexicana. Dejaron flores en el Ángel de la Independencia. Caminaron por algunas avenidas codeándose con la gente; John recibió una bandera de un niño que estaba entre la multitud. Luego, haciendo gala de su catolicismo, fueron a conocer la Basílica de Guadalupe y en una cena en el Palacio Nacional, Jackie dio un discurso en español y maravilló a todos.

En algún punto de su estancia en el país, el presidente norteamericano sostuvo una reunión privada con su homólogo mexicano en los Pinos. Nadie supo lo que los gobernantes hablaron y pocos se lo preguntaron. La mayoría suponía que aquel encuentro era para mejorar la relación entre los dos países; para hablar de la frontera y el comercio mutuo.

Sin embargo, los documentos (recientemente abiertos) del caso JFK revelan una información diferente respecto a la relación que sostuvieron México y Estados Unidos en los 60 y 70. Según estos papeles, el gobierno de México le permitió a la CIA: fotografiar, escuchar y seguir a todas las personas que tenían algún contacto con el gobierno de Fidel Castro. Hay quienes sospechan que todos los teléfonos de la embajada cubana estaban intervenidos.

Se sabe que, gracias a la información de funcionarios mexicanos, la CIA se enteró que Lee Harvey Oswald había ido tres veces a la Habana vía México. Durante unos meses, el asesino de Kennedy estuvo en la CDMX. Los teóricos de la conspiración sostienen que Lee tenía una relación con una cubana que vivía aquí  y que incluso acudía a fiestas que organizaba Elena Garro (la primera esposa de Octavio Paz).

En una ocasión, Oswald fue a pedir una visa para entrar a Cuba y se la negaron. Tras el rechazo, el hombre armó un escándalo terrible en la embajada. Hay quienes aseguran que gritó "Son unos desgraciados, yo les voy a demostrar que tan antiyanqui soy cuando mate al presidente".

Desde que se desclasificaron los documentos del asesinato de Kennedy, muchos especialistas han especulado acerca de la información que hay en ellos acerca de México. Algunos aseguran que lo que se sabe hasta ahora es tan sólo la punta del iceberg y esperan con ansia la  nueva tanda de papeles que según el gobierno de Estados Unidos saldrán a la luz en seis meses.

La pregunta obligada es: ¿Qué verdades de nuestro país revelarán estos papeles?

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