MXCity | Guía de la Ciudad de México

Ariel Guzik, una mente renacentista en pleno siglo XXI

ariel

Ariel Guzik (Ciudad de México, 1960).

 

Un aire al gran Da Vinci (pero con un toque ciertamente surrealista) llega a la mente al apreciar la obra y, especialmente, los inventos y preciosos dibujos del mexicano Ariel Guzik. Y es que si el alma renacentista encarnó en alguna época en el hombre que conocía toda clase de disciplinas, desde las ciencias más precisas hasta las más subjetivas prácticas artísticas, este creador nacido en la Ciudad de México encaja perfectamente en esa preciosa descripción de la mente humana también conocida como el "hombre orquesta".

Ariel Guzik es, como se ha dicho, muchas cosas al mismo tiempo, pero no le gusta ser catalogado como ninguna de ellas. Es un científico que durante muchos años ejerció una carrera exitosa como iridiólogo (sanador que cura y detecta enfermedades o condiciones en el iris de las personas) y herbolario, o dicho de otra manera, un doctor que trata a través de las sustancias químicas contenidas en plantas y algunos alimentos específicos, por lo que sus tratamientos implicaban una relación estrecha con las muchas prácticas de sanación tradicional de nuestro país y otras culturas alrededor del mundo.

Este inverosímil hombre es también un músico y un artista plástico, pero sobre todo es un inventor, una mente que ha echado mano de la tecnología para crear máquinas que, de alguna forma, nos traducen el lenguaje de la naturaleza, su sonidos y, finalmente, su esencia. Así, Guzik ha tendido un puente completamente imprescindible en lo que normalmente vemos como disciplinas distintas e incluso opuestas: el arte y la ciencia.

 

Las máquinas de Ariel Guzik ?instrumentos con una tecnología? existen como traductores de lenguajes, como encantadores artefactos que generan una interacción con entes del universo animados o inanimados (plantas, el viento, el mar, las vibraciones del cosmos, etcétera). Era de esperarse que, como buen artista del sonido, Guzik trabaja, principalmente, con las resonancias y los intervalos armónicos naturales, además de echar mano del electromagnetismo presente en tantos elementos de la naturaleza.

Algunos de los hermosos artefactos creados por Guzik (representante de México en la Bienal de Venecia en 2013) traducen, por ejemplo, las vibraciones de la plantas, en una plataforma hecha de madera y cuerdas que vibran con las resonancias de los seres vegetales. Otro de su más famosos inventos es una máquina submarina cuya finalidad es establecer una comunicación con los seres que habitan dentro del agua. Un tercer ejemplo del impresionante trabajo del mexicano es una televisión que capta radiofrecuencias del cosmos y luego las convierte en imágenes. Finalmente, existen sus preciosas arañas robot, que con el movimiento de un switch golpean percusiones y hacen su propia y extraña música.

 

El trabajo de Ariel Guzik (artista autodidacta que, por cierto, nunca terminó la secundaria) resulta en artefactos bellos, piezas de arte que, por sí solos, contienen una estética original y universal al mismo tiempo. Sin embrago, vista con una mayor profundidad, la obra de este inventor propone una nueva forma de relación con el mundo que nos rodea, algo que es tan urgente en una época como la nuestra. Además, las máquinas de Guzik recuerdan también la preponderancia de uno de los elementos más universales y primigenios: la resonancia como un lenguaje universal que nos conecta esencial e intuitivamente con el universo que habitamos.

laúd plasmaht Ariel Guzik from Ariel Guzik on Vimeo.

 

resonador espectral armónico Ariel Guzik from Ariel Guzik on Vimeo.

Exit mobile version