La colonia toma su nombre de un río que atravesaba lo que hoy conocemos como Campos Elíseos.
Polanco es una de las zonas más icónicas de la delegación Miguel Hidalgo, una demarcación que se ubica al poniente de la Ciudad de México. Se trata, en realidad, de un término que se utiliza para referirse a dos grandes colonias: Polanco Chapultepec y Polanco Reforma.
Es un área que usualmente se relaciona con el lujo, y es que a lo largo de la avenida Presidente Masaryk se desdoblan las más sofisticadas tiendas de ropa. También se caracteriza por la diversidad cultural que ha alojado durante las décadas, pues es un lugar elegido por comunidades de judíos, españoles y libaneses.
Su historia inicia con la Hacienda de San Juan de los Morales, una edificación que fue donada en el siglo XVI a Hernán Cortés por el Rey de España. Durante la Colonia, esta hacienda fue utilizada para la siembre de moreras, de ahí toma su nombre.
A finales de la década de 1920, los terrenos aledaños que pertenecían a esta vivienda fueron fraccionados, pues tras la Revolución Mexicana fue inminente el crecimiento de la ciudad y la demanda de zonas urbanas.
Con la nueva colonia Polanco, se buscaba aprovechar la ampliación del Paseo de la Reforma y brindar una alternativa cercana al hermoso Bosque de Chapultepec. Pronto nacieron calles y avenidas, cuya nomenclatura tomó el nombre de humanistas, filósofos y escritores. Alrededor del paraje, se asentaron familias de clase media alta que buscaban salir del ajetreo del centro de la ciudad.
Un momento clave en la historia de Polanco fue la visita del presidente estadounidense Lyndon B. Johnson en 1966. Los vecinos de la colonia se reunieron alrededor del Parque Lincoln para presenciar la inauguración de la estatua de Abraham Lincoln, personaje que bautizó a este bellísimo parque.
La nueva casa del Liceo Franco Mexicano también significó un hito en la colonia, pues fue visitada por Charles de Gaulle en su recorrido por México. Durante el siglo XX se levantaron otras construcciones de suma relevancia, como el Cine Polanco de Moliere, el Conservatorio Nacional de Música de Mario Pani y la Casa de Cayetano Blanco (hoy el restaurante Sir Winston Churchill).
Desde finales de los años 90, Polanco se convirtió en una potencia inmobiliaria, restaurantera y comercial. Se trata de un lugar lleno de vida, verdor, bicicletas y arquitectura que cualquier capitalino que guste de caminar y descubrir la historia de la ciudad disfrutará.