Una experiencia visual que sin duda todos deberían conocer…
México es un lugar único en el universo, su gente, su calidez, sus colores y sus tradiciones así lo demuestran. Pero además de todas los monumentos históricos y naturales que viven aquí, el maravilloso clima de nuestro país permite que este territorio sea el espacio propicio para que cada primavera aparezcan las flores más bellas del planeta.
Un ejemplo de lo anterior es un poema que deambula entre el azul y el morado, cuyo nombre es lavanda. Se trata de una planta de aroma hipnótico y belleza extraordinaria que desde tiempos remotos le ha obsequiado a los hombres y mujeres la posibilidad de caminar sobre uno de los paisajes más profundos y hermosos que hay en el mundo.
No sólo es el aroma de la lavanda, también ayuda como analgésico, antitóxico, antiviral, antibacterial, y como cicatrizante. Así que en tus próximas vacaciones quizás deberías visitar un campo de esta flor para aprovechar todos sus beneficios.
Y aunque los campos de lavandula más famosos están en el corazón de Francia, estos tesoros púrpuras de la naturaleza también están en nuestro país. Específicamente en dos ranchos abiertos al público; uno en Mineral de Pozos en Guanajuato y otro en el Rancho San Martín en Puebla.
Hay que destacar que ambos espacios están ubicados a menos de cuatro horas de la capital, y en ellos los visitantes pueden atestiguar un universo perfumado protagonizado por lavanda fresca, enorme y en todo su esplendor. Después de todo, no está demás recordar que esta flor es generosa ya que tiene una larga expectativa de vida, no necesita mucha agua para sobrevivir, ni fertilizantes, solo un poco de sol.
Vale la pena escaparse un fin de semana, y mientras tanto aquí les dejamos una espléndida colección de postales moradas para que se den una idea de todo lo que se están perdiendo y de por quién a ver los campos de lavanda debe ser una experiencia que se debe de vivir al menos una vez en la existencia. Los lugares son: El Rancho de la Lavanda, Mineral de Pozos, Rancho San Martín, Puebla y Hotel La Santísima Trinidad, Guanajuato.
