Desiertos para encontrarnos a nosotros mismos..
La mayor parte de las personas del mundo pasan la vida entre junglas de asfalto y ciudades ruidosas. Los humanos tenemos sillones y casas, pero no espacios para la reflexión. Quizá por eso, es recomendable ocasionalmente salir de la urbe (un poco más allá de los límites del pavimento que rige nuestra vida) e internarnos en un mundo mucho más salvaje en el que el tiempo tenga el poder de detenerse y hacerse eterno. Lugares sin agua, en los que la existencia se convierta en una filosofía de lo eterno.
Por supuesto, hablamos de los desiertos. Esos entornos hostiles donde la vida se antoja imposible, y sólo sobreviven aquellos seres que conocen los secretos más profundos de la supervivencia. Esos especímenes que saben como vivir sin comida, que miden las horas por el sol, que caminan entre las espinas y pueden acostumbrase al glorioso silencio.
Y quizá por eso es un orgullo decir que el norte de nuestro país están algunos de los páramos más majestuosos del planeta. Un grupo de sitios áridos que desafían lo inimaginable, incluso la propia etimología de la palabra desiento que significa: mar de arena sin vida.
Y es que en México los desiertos son en realidad un conjunto de hábitats amables, que albergan infinitas especies de flora. Según los exploradores, de aquí y allá, en los páramos nacionales se pueden encontrar al menos 350 tipos de cactus, además de un grupo plantas perennes capaces de resistir las noches heladas, y los calores de la tarde. Asimismo, en lo que a fauna se refiere, en estos paisajes hay: conejos, ratones, zorros veloces, correcaminos, serpientes y en algunos sitios hasta coyotes.
Aunque hay una gran cantidad de ecosistemas áridos en gran parte de nuestro territorio, los desiertos que vale la pena ver alguna vez en la vida son: el de Sonora; donde se encuentran las dunas y hay islas que colindan con el Mar de Cortés. El de Chihuahua, que es el más grande del norte y es considerado uno de los que tiene más biodiversidad del planeta y el de San Luis Potosí donde está la famosa estación de Real del Catorce y donde los huicholes hacen sus rituales.
Dicho todo lo anterior, y para rendirle un homenaje a nuestros desiertos, aquí les dejamos una mágica colección de fotografías en las que se puede apreciar todo lo que estos espacios ofrecen . Capas de estrellas, caminatas únicas, mucho silencio y quizá la posibilidad de encontrarnos con nosotros mismos.
California
Callisaurus
Monclova
Chihuahua
Rio Colorado
Ciudad Obregón
Real del Catorce
Dunas del Desierto de Sonora
Baja California
Pinacate
San Luis Potosí
Chihuahua
Sonora