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Bailarines delirantes llenan de eternidad la Casa de Luis Barragán (VIDEO)

barragan

Bailarines que conocen el lenguaje secreto del alma…

 

Una de las mejores cosas que tiene la Ciudad de México es una urbe que es una en la que coexisten cientos  de lugares apoteóticos. Iglesias del siglo XVI, templos prehispánicos, palacios barrocos, edificios de los años 20, de los años 50 y viviendas emblemáticas cuya estructura desafía el tiempo y sus sorpresas.

Un ejemplo oneroso de lo anterior es la icónica Casa Luis Barragán; una de las piezas arquitectónicas de mayor trascendencia del mundo, que fue construida en 1948 y que guarda en su interior las obsesiones estilísticas del genio mexicano: su sencillez, el trabajo profundo con materiales naturales y sus soberbias fachadas plagadas de ángulos rectos.

La morada de Barragán es tan espectacular,  llena de colores vivaces, patios abiertos y muros sólidos, que ha inspirado a toda clase de artistas modernos a intervenir abstractamente el espacio, a adueñarse con pintura, performance y sobre todo con danza. Este último arte parece comprender muy bien los rincones que en el siglo XX diseñara el genio de Guadalajara. 

Esta maravillosa dicotomía entre el cuerpo, el movimiento y la arquitectura recientemente fue plasmada de una forma magistral  en un cortometraje abstracto que se publicó en en el sofisticado sitio Nowness; un canal de videos que desde hace un tiempo se encarga de difundir las expresiones de arte, gastronomía, moda y diseño más interesantes y propositivas del mundo.

Este delirante fragmento fílmico se llama Ecos,  y recorre a través de una colección de instantes (estáticos y oscilantes), los rincones inadvertidos que enmarcan silenciosamente en la casa de Luis Barragán. De acuerdo uno de sus creadores Andrés Arochi la idea de gestó en su primera visita al santuario de Tacuba:

“Cuando entré a la casa por primera vez, me sorprendieron las diferentes vibras de cada lugar. Sentía como si estuviera siendo conducido por un guía invisible. Luego lo comprendí. Luis Barragán sabía exactamente en que momento y en que lugar estaría parada la gente y cómo la combinación entre color y espacio los haría sentir.”

Hay muchas cosas que decir de esta experiencia fílmica, podríamos empezar por la música que la acompaña. Sonidos suaves que envuelven las imágenes con cierta suavidad y nos hacen navegar en las múltiples paradojas del tiempo y en el dilema filosófico que está entre lo vacío y lo ocupado.

Después podríamos reparar en los danzantes y sus bailes poéticos que caminan con la luz de día y los claroscuros de la noche. De pronto pareciera que estos artistas han renunciado a su condición humana y se han convertido en parte de las escaleras de piedra o en habitantes de madrugada de la fuente. Estos seres son los únicos capaces de explicarnos qué es realmente la arquitectura y cuales son sus múltiples subversiones.

Pero como en esta ocasión las palabras no parecen ser suficientes para describir todo lo que pasó cuando la danza se encontró con Barragán. Por eso,  aquí dejamos este apoteótico video y ya lo demás lo dejamos a todas esas sensaciones que no se nombran.

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