“La música es el único camino hacía lo trascendente” Mozart
Empecemos con la palabra Requiem; una singular expresión que proviene del latín cuyo significado puede traducirse como: "descanso". Para los creyentes católicos este vocablo es una forma de ritual litúrgico que se realizaba desde la antigua Roma con el objetivo de rendirle un homenaje a un difunto.
Aunque en un primer momento los Requiem eran un rito común que se celebraba cada vez alguien moría, con el paso de los siglos esta oración por los fallecidos, evolucionó y se transformó en un sofisticado tipo de composición musical que se tocaba cada vez que alguien importante pasaba al otro mundo.
Esta trágica y delirante oda a la muerte fue representada y reinterpretada por distintos músicos. Pasó por la genialidad de Bach, por la secrecía de Franz Liszt, por la magnificencia de Verdi y en el año de 1791 llegó al atormentado universo del legendario Wolfgang Amadeus Mozart. De acuerdo a cuantiosos melómanos, el genio temprano de Salzburgo empezó a componer su propia versión de la misa de Requiem porque lo turbaba el final de su existencia.
De hecho, en un carta que el escribió a su padre el compositor afirmó: "Durante los últimos años he trabajado por familiarizarme por la muerte, ya que es el verdadero fin y meta de nuestras vidas, así como la amiga más fiel y sincera de la humanidad". Quizá debido a esta cercanía con el lado oscuro, Mozart comenzó a escribir su propio Requiem.
El resultado de su locura, de haber adelantado su propia muerte, fue una obra de arte sublime que ha trascendido en el tiempo. Una pieza en la que cada sonido cuentan una historia. El fagot y el corno del arranque que nos narran melancolía y nos preparan para entrar en una atmósfera intensa que de pronto es interrumpida por unas voces que declaman: Dales señor el descanso eterno.
Por ironías de la vida o por la poesía de existencia, el músico murió antes de terminar su obra maestra. Afortunadamente concluyó la mayor parte. Y en la actualidad esta composición se ha convertido en uno de esos conciertos que hay que ver al menos una vez en la vida. Hay pocas cosas tan increíbles que presenciar vivo el último aliento de un genio.
Dicho lo anterior, es una noticia extraordinaria anunciar que el próximo 7 de noviembre en el Auditorio Nacional se presentará el Requiem de Mozart, espectáculo monumental. Un evento, pocas veces visto en la capital, que reunirá en una misma experiencia a más de 200 artistas en escena.
En este evento participarán: la Sinfónica Nacional de México, la Compañía de Danza de Cuba y el Coro EnHarmonía Vocalis. Además, sólo para la ocasión vendrá el connotado bailarín Rasta Thomas; uno de los talentos más visibles de la danza moderna.
Por si todo lo anterior fuera poco, por única ocasión se tocarán dos melodías de Mozart en el órgano monumental del Auditorio, una rareza capitalina de la que realmente pocas personas han sido testigos.
Si se quiere entender la vida y contemplar el tiempo con ojos renovados, no hay que perderse este concierto por ningún motivo. Un espectáculo capitalino dedicado a todos los que quieran entender todo lo que realmente representa la música clásica.
Requiem de Mozart en el Auditorio
¿Cuándo? 7 de noviembre
¿Dónde? Auditorio Nacional
Dirección: Paseo de la Reforma 50, Miguel Hidalgo
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