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Algunos rincones secretos de Coyoacán

Espacios inadvertidos que son testigos de cómo el tiempo se detuvo en esta colonia…

 

Coyoacán es uno de los barrios más emblemáticos de la Ciudad de México, ir a visitarlo representa un verdadero viaje al pasado, porque sus casas, sus comercios y sus cuantiosas calles empedradas nos dan la posibilidad de viajar a otro siglo.

La historia de este lugar se remonta a la época prehispánica, sus primeros habitantes fueron ahí por los cuantiosos manantiales que tenía, y porque según algunos sabios mexicas este sitio estaba tocado por los dioses. Luego, cuando llegaron los españoles este sitio fue muy importante para la historia de la capital. Ahí torturaron a Cuauhtémoc y vivieron la Malinche.   

Además, tras la terrible masacre que se vivió durante la Colonia y debido a la pestilencia que había en las calles de Tenochtitlan, los conquistadores escogieron Coyoacán para vivir ahí, y hacer su vida lejos del caótico centro de la recién fundada Nueva España. Por eso, este sitio sureño de la capital fue el lugar en el que Cortés mató a su esposa.

 

 

A pesar de todos los cambios que se suscitaron en la Ciudad de México, Coyoacán siempre conservó su belleza y su magia. De hecho, según las crónicas del célebre Salvador Novo, en otra época esta maravillosa delegación estaba rodeada de jardines, manantiales y una serie de canales que lo recorrían ampliamente y le dieron ese no sé qué especial que hoy en día recorre sus calles y nos hace pensar que en esta colonia el tiempo se detuvo.  

En honor a esto, y porque la mayoría de la gente sólo conoce el Jardín Centenario, el Museo de Frida, la fuente de los coyotes o el mercado, hemos juntado en una lista algunos lugares poco conocidos que, aunque son inadvertidos por la mayoría de las personas pueden hablar del legado y la importancia de Coyoacán mejor que nadie.

 

La Iglesia amarilla de Santa Catarina

 

 

Se dice que las capillas que hay en Coyoacán son las más antiguas de América Latina y una prueba de esto es este bello recinto amarillo que está ubicado en el corazón de Francisco Sosa. Este templo fue construido durante la Colonia para inducir a los indígenas a que practicaran su devoción religiosa dentro de un espacio cerrado. Por eso, esta iglesia está en la mitad de en un parque público, que antes servía como un atrio usado para catequizaban a los nativos de México.

 

El escalofriante Callejón del aguacate

 

 

En Coyoacán hay una callecita hermosa y misteriosa ubicada cerca del emblemático Jardín Centenario. Además de su envidiable belleza, esta arteria es conocida entre los vecinos del lugar por una serie leyendas paranormales que en teoría acontecieron en el lugar. De hecho, hay quienes aseguran que en la esquina del callejón atropellaron a una niña cuya alma vaga todavía entre los muros de las casas.

 

El jardín sonoro de la Fonoteca

 

 

Un jardín secreto, que está ubicado dentro la asombrosa casa de Alvarado, uno de los lugares más impactantes de la delegación. Se trata de un espacio verde, lleno de árboles antiquísimos y de una vasta vegetación, que desde hace un tiempo está equipado con un sofisticado sistema multicanal de audio, perfecto para que mientras uno deambula por las maravillas naturales del lugar,  escuche perfectamente: música clásica y demás piezas de arte sonoro.    

 

La capilla de San Antonio Panzacola

 

 

A la entrada de la calle Francisco Sosa hay un pequeño templo construido en el siglo XVIII. Este recinto religioso fue el hogar de frailes carmelitas y es uno de los pocos inmuebles virreinales que se conservan intactos. Algunos cronistas sostienen que este importante sitio fue el que Hernán Cortés escogió para casarse, aunque esto no se sabe con certeza e, sí se tiene por seguro que esta iglesia era el lugar preferido de las mujeres solteronas del siglo XIX iban ahí a pedirle un marido al generoso San Antonio.

 

El Museo Nacional de la Acuarela

 

 

Pocos lo saben, pero en 1950 pintar con acuarela se puso de moda entre los artistas de México. Desafortunadamente, esta técnica no era reconocida por los expertos en arte del momento y los cuadros pintados con esta pintura eran rechazados en casi todas las galerías de arte del país. Debido a esto, el gran Alfredo Gauti Rojo y su esposa construyeron un recinto dedicado a este tipo de arte. El Museo Nacional de la Acuarela cuenta con 300 obras nacionales e internaciones y es el primero en su tipo

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