En el siglo XVIII se divisó una aurora boreal desde la Ciudad de México?
Una aurora polar es un fenómeno que se presenta en forma de brillo en el cielo nocturno. Se produce cuando una expulsión de partículas solares cargadas choca con la magnetósfera de la Tierra. Este suceso de radiación cósmica, en el hemisferio sur es conocido como aurora austral. Pero en el hemisferio norte, nosotros la conocemos como aurora boreal.
Por lo general aparecen en las zonas polares, pero lo cierto es que pueden vislumbrarse en cualquier zona del mundo durante breves momentos. Así sucedió en nuestro país a finales del siglo XVIII.
El escritor Fernando del Paso, en su libro José Trigo, narra varios hitos que impactaron la industria ferrocarrilera en México. Uno de ellos fue la aurora boreal que se vio desde la Ciudad de México en 1789. Como se trataba de una anécdota inverosímil, los especialistas en la materia Consuelo Cuevas Cardona y Salvador Cuevas Cardona se dieron a la tarea de indagar acerca de este dato.
Y en efecto, encontraron en una publicación de La Gaceta de México en 1789 donde se registró la primera aurora boreal. El periodista que cubrió el acontecimiento fue don Antonio de León y Gama, quien contó que los habitantes novohispanos temían que se tratara de un incendio en el horizonte o del fin del mundo. También recalcó que el fenómeno se vio en lugares como San Luis Potosí, Puebla, Zacatecas, Oaxaca, Guanajuato, Guadalajara y Veracruz.
Los Cuevas Cardona, en su indagación por la historia de las auroras boreales en México, hallaron otros relatos sobre un avistamiento más antiguo. Supuestamente, en noviembre de 1602, una tripulación filipina que venía a México observó otra aurora.
De igual forma, el periódico La Sociedad, el 1 de septiembre de 1859, compartió que en la madrugada los alumnos de una clase de astronomía del Colegio de Minería habían admirado desde su aula un "meteoro tan raro en presentarse a nuestra corta latitud, una aurora boreal".
Cabe mencionar, que la Estación Espacial Internacional ha detectado auroras boreales en el Golfo de México en 2012 y 2015. Y aunque son breves y en ocasiones inadvertidas, es un hecho que el cielo mexicano toma un nuevo semblante cada vez que los espléndidos colores de las auroras boreales lo visitan.
Según los estudios, es probable que el Golfo sea el lugar que pronto vea el paso de otra aurora, un accidente cósmico que sin querer cautiva a todo habitante de este maravilloso planeta.
