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Sobre el submarino de Pancho Villa, una historia que no fue

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¿Sabías que, durante los primeros años de la Revolución, Pancho Villa tuvo la oportunidad de adquirir un submarino? No nos podemos imaginar qué tan diferente sería el país hoy en día, de haberlo hecho.

 

La historia comienza en 1915; es plena Revolución Mexicana y Pancho Villa no se encuentra en buen momento. Acaba de ser obligado a dejar su puesto como gobernador de Chihuahua y se encuentra asediado por las fuerzas de Venustiano Carranza. Es derrotado por Álvaro Obregón en las batallas del Bajío y sus hombres lo abandonan. Ven cómo su figura pierde poder y no quieren caer con él. Sin embargo, ocurre un acontecimiento que podría haber cambiado el rumbo de la guerra: el submarino de Pancho Villa.

 

 

Si bien al Caudillo del Norte se le conoce mucho por sus redadas al otro lado de la frontera, también tenía aliados en Estados Unidos. En aquellas fechas, tenía que planear cuidadosamente sus siguientes movimientos, ya que cualquier paso en falso podía ser crítico. Por ello es que puso a sus aliados del norte sobre aviso, para que estuvieran atentos a cualquier oportunidad que pudiera darle ventaja sobre las huestes carrancistas. Es así como recibe una misiva de Washington, que comienza de la siguiente manera:

"Mi querido general: Dirijo a Ud. estas líneas para informarle que se nos ofrece en venta un submarino, propiedad de uno de los mejores astilleros del país, que por su capacidad como su armamento pudiera ser de grandísima utilidad a Ud., para reducir a los cañoneros nuestros aún no sometidos al gobierno y evitar la introducción del parque a Veracruz y otros puertos del Golfo en poder de Carranza".

 

Imagen de: Wikimedia Commons

 

Estas ominosas y sugerentes palabras provenían de la mano de Enrique C. Lorente, amigo de Villa y encargado del Departamento de Agencias Comerciales en la Secretaría de Relaciones Exteriores, en representación del gobierno mexicano. Incluso adjuntó en la carta una fotografía del submarino, enumerando las cifras y datos pertinentes sobre él, como las dimensiones, el armamento, la velocidad, la maquinaria y otras cosas. Decía que los dueños del submarino se ofrecían a entrenar a una potencial tripulación, y a demostrar el buen funcionamiento del aparato.

 

 

Sin embargo, Pancho Villa no realizó la compra. Tal vez porque el precio era demasiado elevado, o porque se decantó por otra estrategia, o porque no confiaba en las palabras de una empresa extranjera. Sea como fuere, es un hecho que, de haberlo adquirido, el general revolucionario podría haber hundido hasta siete acorazados de la armada mexicana, lo cual, probablemente, habría alterado el ritmo del conflicto. Lo que podría haber sido el submarino de Pancho Villa no se concretó, y su caída se acentuó en los meses y años siguientes, acabando, finalmente, con su derrota y muerte.

 

Más sobre el Caudillo del Norte: las películas perdidas de Pancho Villa.

*Imagen destacada de: Milenio

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