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Semidioses en el mundo Maya. Enanos, la diversión de los jerarcas

Enanos y jorobados, semidioses entre los mayas.

Autor: Nuevo Adicto.

 

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En esta ocasión conoceremos un poco sobre la vida y asuntos que se trataban en los palacios del mundo maya. Antes de comenzar, es importante recordarles que los mayas no fueron un imperio o nación, sino una cultura, es decir, varias personas de una región compartían creencias sobre los mismos dioses, hablaban el mismo lenguaje y comían los mismos alimentos, pero no tenían la misma administración o gobernante en sus ciudades.

 

 

Existían muchas ciudades que se nombran mayas por sus características culturales y cada una de ellas tenía su nobleza, nuestra narración explicara, brevemente, la importancia de los enanos en la vida del palacio, pero es justo comentar que puede existir alguna variación de sus funciones entre una ciudad y otra.

 

 

El gobernante por lo general se sentaba en un trono o banqueta que estaba cubierta de telas finas, además, incorporaba cojines forrados con piel de jaguar, siempre cruzando las piernas en posición de "flor de loto". A lado del señor principal, se sentaban en el piso o estaban parados nobles que tenían prohibido, en todo momento, estar a una altura mayor al gobernante.

 

 

El palacio siempre estaba muy concurrido, asistían señores vasallos, jóvenes nobles, mujeres intérpretes, escribas, sabios, comerciantes, custodios de libros, militares, hasta enanos y jorobados. Los asuntos que los llevaban ante el señor principal eran diversos, como: intentar comerciar con su ciudad, entregarle tributos, negociar querellas, designar herederos, concertación de bodas, preparativos de fiestas o simplemente servirle en todo momento.

Es de especial atención el papel de los enanos y jorobados en las cortes, pues, divertían al señor principal con sus muecas y contorsiones, le servían los alimentos y bebidas, recibían a los visitantes, además, fueron los guardianes de las mujeres del gobernante.

 

 

La función más importante de los enanos fue ayudar al gobernante con los ritos que se realizaban al final de cada ciclo. Además, eran los encargados de sostener los espejos, que servían como herramientas principales en los rituales mágicos para conocer el futuro.

 

 

No hay que pensar que se burlaban de esta forma de los enanos y jorobados, todo lo contrario, debido a su anormalidad física, se les consideraba semidioses, seres intermedios entre lo divino y lo humano. Su atuendo consistía en envolver su cabeza con una banda blanca de tela que sostenía un tocado alto de forma cilíndrica a manera de mitra que advertía su importancia en las funciones del reino.

 

 

Fuente: Escalante Gonzalbo, Pablo, Historia de la vida cotidiana en México I. Mesoamérica y los ámbitos indígenas de la Nueva España, México, FCE, CM, 2004, pp. 542.

Foto destacada: Foncerrada de Molina (1976)

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