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La primera imprenta establecida en el continente se encuentra en la CDMX. En 1539, luego de recibir el permiso de Carlos V Rey de España, el Arzobispo de la Ciudad de México, Juan Zumárraga, trajo con éxito la imprenta de Europa a México, estableciendo así la primera imprenta de América.
La imprenta se instaló en casa del editor español Juan Cromberger, que dejó al frente al impresor italiano Juan Pablos quien imprimió documentos relacionados con la iglesia y el gobierno
Juan Pablos nació en Brescia, Italia, en torno al 1500 con el nombre de Giovanni Paoli. Podría haber estudiado en el mismo colegio que Aldus Pius Manutius o Aldo el Viejo, un humanista e impresor italiano fundador de la Imprenta Aldina; pero aparte de eso no se sabe nada de sus primeros años.
En 1536, Juan Cromberger recibió el encargo de poner una imprenta en América, y envió a un empleado suyo, Juan Pablos. Pablos partió de Sevilla el 12 de junio de 1539 y llegó en octubre de 1539, y situó su compañía en una casa que ahora es reconocida como Casa de la Primera Imprenta de América.
En esos años, el nombre de Cromberger también apareció en las primeras publicaciones en Nueva España hasta 1545 aunque él personalmente no visitó América y murió en 1540. El primer libro que fue publicado en América fue la edición de 1539 de Breve y más compendiosa doctrina Christiana en lengua Mexicana y Castellana por Juan de Zumárraga.
Juan Pablos obtuvo las patentes necesarias y los permisos para continuar los trabajos de la imprenta de Cromberger hasta su muerte en 1560 o 1561, cuando él había impreso ya 37 libros. Pablos entrenó y dio trabajo a la siguiente generación de impresores mexicanos, incluyendo Pedro Ocharte, quien era también su yerno, y Antonio de Espinosa, que empezó a trabajar con Pablos en 1554. Espinosa se convirtió en el segundo impresor de México en 1559.
Juan Pablos se casó con Jerónima Gutiérrez, quien recibió el privilegio de impresión virreinal después de su muerte. Su hija Maria de Figueroa se casó con Pedro Ocharte en 1561 o 1562, y tomaron la empresa de Gutiérrez en 1563. Además de ellos, al finalizar el siglo XVI, habían ejercido o ejercían el arte de la imprenta en México, Pedro Balli, Antonio Ricardo, italiano que luego se trasladó a Lima, Perú, Melchor Ocharte, que estableció su imprenta en el convento franciscano de Santiago Tlatelolco y Enrico Martínez, quien dirigió el desagüe de México.
La casa fue construida originalmente por Gerónimo de Aguilar en 1524 y está ubicada en el borde exterior de lo que fue el recinto sagrado del Templo Mayor antes de la Conquista.
A lo largo de los siglos, muchas personas se han apoderado de la Casa de la Primera Imprenta de las Américas. En el siglo XVII estuvo a cargo del Monasterio de Santa Teresa de la Orden de las Carmelas Reformadas. En el siglo XVIII perteneció a la Real Orden Militar de Nuestra Señora de la Merced Redención de Cautivos de la Ciudad de México.
En 1847, las tropas estadounidenses ocuparon la casa, destruyendo los archivos que se encontraban en su interior. En 1989, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) compró la casa. Durante su restauración se descubrió una piedra con cabeza de serpiente azteca, que aporta más historia de la que se imaginó originalmente. Esta casa actualmente es un museo y cuenta con diversidad de eventos artísticos y culturales durante todo el año.
La Casa de la Primera Imprenta de las Américas es, considerando su marco histórico, vocación y ubicación, un centro que se enfoca en promover actividades culturales y de educación continua relacionadas con el universo de la palabra y la imagen impresa: publicaciones, artes gráficas, literatura y producción editorial, así como preservar las tradiciones de la cultura mexicana. En 2008, el Museo del Libro abrió aquí, con algunos de los libros más antiguos de México en exhibición.
Dónde: Moneda y Licenciado Primo Verdad, Centro Histórico de la CDMX.
Cuando: lunes a sábado de 10:00 am a 17:00
Entrada libre
Foto destacada: Lecaroz
Hoy conocemos muchas formas del delicioso pan de muerto. Además, existen muchas variedades con sus sabores peculiares en todo el territorio. Se dice que una de las primeras versiones fue el creado en la época prehispánica y se llamaba “papalotlaxcalli” o pan de mariposa que se hacía exclusivamente para una ceremonia; era muy similar a una tortilla gruesa con la impresión de una mariposa en la masa aún cruda para dejar un “sello”.
También se dice que la ofrenda más semejante a la que conocemos hoy en día, es la de la diosa Cihuapipiltin, dedicada a las mujeres que morían del primer parto. Se cree que rondaban por el aire causando enfermedades entre los niños, por ello les hacían regalos en el templo o en las encrucijadas del camino.
Las ofrendas consistían en colocar pan de diversas figuras como mariposas o rayos (xonicuille) hechos a base de amaranto y pan de maíz seco y tostado. Sahagún describe un pan llamado yotlaxcalli, aunque también se colocaba tamales (xucuientlamatzoalli) y maíz tostado llamado Izquitil, casi toda la ofrenda era de amaranto porque lo consideraban un alimento especial.
Y bueno, a toda esta diversidad de pan con sus estilos y formas en el pasado prehispánico, hay qué sumar las variedades que evolucionaron con la llegada de los españoles, la mezcla y la creación con nuevas técnicas. Hoy en día, con la industrialización, es posible tener muchas formas de pan de muerto y sabemos que en todo el país existen versiones regionales del pan de muerto.
Es por eso que aquí te daremos un recorrido por algunas de las variedades de pan de muerto que se hacen en todo el país.
El Pan de muerto tradicional es redondo, adornado con su canilla de la misma masa, espolvoreado con azúcar blanca; en algunas versiones se pone azúcar rosa que recuerda el uso ceremonial del color rojo en la época prehispánica, pero todos representan una tumba con un cráneo y varias canillas entrecruzadas que simulan los huesos, sustituyó al Zompantli.
Las “despeinadas” son pequeñas roscas de azúcar, ajonjolí y granillo. Es un pan estilizado bordado con la misma masa y una cruz en el centro. Los panes en forma de mariposa, ya que se creía que, al morir, las niñas se convertían en mariposas.
En el Edoméx se hacen las Muertes; un pan hecho de yema de huevo con canela, también se produce pan blanco como el triconio y el pan sobado, que es una mezcla de masa blanca y masa dulce. Se realizan las gorditas de maíz quebrado, los tlaxcales, que están hechos de maíz fresco en forma de triángulo.
En las ofrendas (huentli) se colocan panes llamados camarones, tortas y amargosas, también hay muñecos y pan de figura, adornados con azúcar color solferino. En la región de Tixtla se elaboran panes conocidos como almas con azúcar, burros con azúcar rosa, conejos y patas de mula, pan bordado. De Chilocachapa, proceden los tlaxcales hechos de maíz en forma de triángulo. En Telolapan, se preparan figuras zoomorfas de peces, perros, mariposas que son dedicadas a las niñas, alacranes, conejos, etc.
Las Almas son de Acámbaro, es un tipo de pan que representa a los adultos son glaseados blancos y al centro un punto de azúcar rosa, y los niños son todos blancos. También se suelen hacer con forma de conejo, mula, borregos y pan de canela.
Las Moriscas son un pan de muerto que se hace con harina, canela, huevo y pulque. Aunque particularmente en Xochicoatlán, se hacen los “bodoques”, es un pan que se regala a las personas que asistían al novenario. En la región huasteca se produce en estas fechas el pan conocido como “peluca”, pan que solía repartirse en los velorios y puesto en las ofrendas de muertos; pan hecho de harina de trigo en hornos calabaceros, es similar a los pambazos, con una bolita de masa el extremo que asemejaba a los chongos o molotes que se hacían en las pelucas antiguas.
En el Xantolo se elabora un pan que recibe el nombre de frutas de horno e incluso el nombre del difunto, con dichos o cantos populares, cocolitos, rosquillas aplanadas, muñecas para las ofrendas femeninas, muñequitas para los hombres “de dudosa personalidad”, angelitos para los niños y para los jóvenes que mueren antes de contraer nupcias, caballos grandes para los hombres mayores y pequeñitos para los niños.
En el Mezquital el pan de muerto es una figura en forma de cuerpo humano completo o cabecitas, manos, huesos y hasta pezuñas de animales. son panes con forma humana con los bracitos cruzados, caritas de pasta pintada de colores vivos. Panes de sal y dulce sobrios con su ajonjolí espolvoreado o adornados con fondant multicolor.
El Pan de ofrenda se hace con harina de trigo, levadura de soya, azúcar y sal. Es un tipo de pan que se caracteriza por sus formas y porque en la mayoría de las veces se cuece en hornos de leña, con adobe y teja, lo que le da un sabor diferente.
Hay pan con figuras humanas, virgenes y campesino. También se hace pan con forma de personajes mitológicos, y de almas de los difuntos, también calaveras y ángeles.
Las regañadas son un tipo de pan de pasta hojaldrada que se utilizan en las ofrendas y que representan las “animas” de personas o animales. En la región de Tlacolula, se elaboran con forma de conejos, y hasta de payasos, pero no es tradición de Día de Muertos.
Hoy en día es posible encontrar una gran variedad de modificaciones y año con año surgen nuevas variedades de pan de muerto e incluso suele rellenarse de chocolate, nata, crema pastelera, queso o fruta, que además se adornan con otros ingredientes.
Foto destacada: Irving Joaquín
El otoño es una de las estaciones más queridas y esperadas, ya que todo el país celebra una de las tradiciones más emotivas del año, el Día de Muertos; pero además porque todo se llena de un hermoso calor y porque podremos visitar el primer Festival Gastronómico y Cultural Cempasúchil.
Este festival de Día de Muertos formará parte de esta fecha especial para todos nosotros, y albergará platillos que son parte fundamental de nuestra cultura y que buscarán honrar las tradiciones mexicanas que nos han dado identidad.
Además de reunir a toda la familia, en el festival habrá diversas actividades para todas las edades. No faltarán los altares de muertos, una ofrenda monumental en la que los asistentes pueden participar colocando elementos de sus seres queridos que ya fallecieron o el platillo que más les gustaba.
Además, se llevará a cabo un desfile de calaveras y un concurso de disfraces, en donde los asistentes podrán aprender sobre maquillaje artístico y se caracterizarán para la ocasión.
Asimismo, estará el Pabellón del Pan de Muerto, un espacio en el que 20 reposteros ofrecerán a los asistentes sus propias creaciones sobre este delicioso manjar. Además de pan de muerto, estarán disponibles muchos platillos tradicionales de nuestra gastronomía mexicana.
Para los amantes del arte se exhibirán piezas y artesanías elaboradas por mexicanos que están precisamente inspiradas en el Día de Muertos. Por supuesto, muchas leyendas, que podrás conocer en el gran recorrido cultural que tendrá esta festividad.
Por supuesto, no puede faltar la música en vivo, aunque todavía no se ha revelado quienes amenizarán el evento, adelantaron que habrá varias presentaciones musicales, además de espectáculos teatrales, los cuales también tendrán un enfoque en la festividad del Día de Muertos.
¡Ojo! El festival regalará dos mil panes de muerto a las primeras personas que lleguen.
Dónde: Explanada de la GAM. 5 de Febrero 162c, Gustavo A. Madero, Ciudad de México.
Cuándo: 27, 28 y 29 de octubre de 2023 de 10:00 a 20:00
Entrada libre
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