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Plantel Matilde, la alucinante obra arquitectónica de Javier Marín

Foto destacada: NY Times

El artista Javier Marín creó el Plantel Matilde, su opera prima arquitectónica.

 

Cuando el artista mexicano Javier Marín llegó al estado de Yucatán en busca de un lugar que le ofreciera tranquilidad e inspiración, encontró un increíble sitio a menos de 30 kilómetros al suroeste de Mérida, en los terrenos de un antiguo plantel henequenero.

Ahí, se le ocurrió la idea de construir y vivir este espacio en el 2010, cuando La zona, el paisaje y el aislamiento funcionaron como catalizador para cumplir con una asignatura pendiente en su quehacer artístico: la realización de una obra arquitectónica.

Bernardo Arco y Javier Hinojosa

Así fue, que en complicidad con su hermano, el arquitecto Arcadio Marín, construyeron un edificio imponente integrado al entorno de dzidzilchés, jabines y ceibos, con muchas referencias a la arquitectura clásica y prehispánica.

Si bien Javier Marín ha realizado distintas intervenciones del espacio en México y el extranjero, instalando composiciones escultóricas en plazas públicas, el Plantel Matilde es un recorrido entre arquitectura y escultura.

Bernardo Arco y Javier Hinojosa

El Plantel Matilde tiene 70 metros cuadrados y una altura de 12 metros de piso a techo, diseñado para alojar las esculturas de gran escala de Javier Marín, y funcionar como observatorio que se alza más allá de las copas de los árboles, un guiño a los antiguos pobladores mayas de la península, y un mirador ubicado en el techo permite una visual de 360 grados y una observación continua del firmamento.

El Plantel Matilde es una obra de concreto y agua. El cuerpo de agua que circunda la edificación nos recuerda la arquitectura militar medieval y sus fosos de protección, aunque el agua es un elemento primordial en la cosmovisión maya.

Bernardo Arco y Javier Hinojosa

Cuenta con áreas de gran escala que funcionan como talleres o espacio de exposición de obra. En ambos extremos de la fachada, por una sencilla escalera se accede a la zona destinada a albergar a artistas en residencia. En esta área, con un aire monacal congruente con la sobriedad del proyecto, una serie de celdas-dormitorio se aglutina a partir de un espacio de convivencia.

Se trata de un espacio sencillo y confortable para el artista, desde el que se accede a la piscina, excavada discretamente también a nivel de piso, de modo que nada interfiera el ritmo y la ascética visual de la fachada acorde con la intención del artista de reducir al mínimo el impacto ambiental.

Bernardo Arco y Javier Hinojosa

Plantel Matilde es una obra arquitectónica con los postulados estéticos de Javier Marín. Al igual que en su obra escultórica y pictórica, están presentes aquí las ideas de proceso y accidente, la marca que deja el paso del tiempo en la obra, la intervención del otro, la huella.

Nada más que se encuentra en medio de la selva yucateca como una especie de escultura funcional que dialoga con el artista y su obra, con el entorno y con el tiempo que deja en ella su pátina que es también un espacio de meditación y reflexión.

Bernardo Arco y Javier Hinojosa

Este espacio coexiste de forma perfecta tal cual las antiguas pirámides, esculturas y un diseño donde la energía fluye naturalmente, donde la ventilación artificial no es requerida gracias a la frescura generada por el espejo de agua que nace en medio de la estructura.

Actualmente se imparten cursos de cerámica a la comunidad local, diseñados por Javier Marín, se planea que estás piezas se vendan, generando un impacto económico en la comunidad. En el futuro se piensa abrir convocatorias para residencias.

Bernardo Arco y Javier Hinojosa

Plantel Matilde

Dónde: Sac Chich, municipio de Acanceh, Yucatán.

Cuando: actualmente no está abierto al público.

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