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¿Cómo era la Ciudad de México en 1955? (VIDEO)

Dos videos que nos muestran imágenes de un pasado que no volverá.

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Imaginen abrir los ojos y despertar en el pasado. Quizá en un martes de 1955, en uno de los tantos edificios que había en el Centro Histórico ¿Qué verían? ¿Buscarían las similitudes o las diferencias con el presente? ¿Se sentirían en casa?

Las respuestas a estas interrogantes tal vez las tienen algunas personas que vivieron ese tiempo. Se pueden encontrar también en las crónicas de la época o en los cuentos de antaño que escribieron nuestros grandes autores como por ejemplo en Las batallas del desierto de José Emilio Pacheco.

Y gracias la magia de la cámara cinematográfica y de la edición, estas respuestas además se pueden rastrear en dos videos específicos: uno que hizo uno de los tantos sobrevivientes de aquel momento y otro de una refinería de petróleo estadounidense que en los años cincuenta realizó un cortometraje para anunciarle a los extranjeros las maravillas con las que se podían encontrar si venían a México.

Para resumir algunas de las tantas cosas que se pueden ver en estos dos videos, podríamos empezar enumerando algunos datos históricos importantes, como que el presidente de la República era Adolfo Ruíz Cortines un nacionalista que durante su gobierno concedió el voto a las mujeres, permitió la edificación de la UNAM y centralizó el poder en la capital.

Debido a esto, en 1955, la Ciudad de México estaba en su esplendor. Los capitalinos pasaban sus días escuchando los programas de radio de los XEW y hablando de la llegada de la televisión, un aparato sorprendente que estaba instalado en las salas, y en el que se podían ver programas infantiles como el de "Chabelo y el Tío Gamboin."

Por otro lado, como siempre en esta urbe, las calles eran bulliciosas. Frente al Palacio de Bellas Artes se podían encontrar a una serie de vendedores de remedios mágicos capaces de aliviar todos los achaques, incluso la desilusión, la tristeza y la vejez.

Las grandes avenidas estaban llenas de Cadillacs, de tranvías amarillos que recorrían las arterias principales de la capital y de aparatosos colectivos grises que cobraban 2 centavos, y siempre estaban llenos de personas que se dirigían a las cuantiosas vecindades  que estaban desperdigadas en los principales barrios.

En cuanto a la moda, las mujeres usaban faldas largas y entalladas. Debajo de las rodillas, pero arriba de las pantorrillas, tal como lo hacía la famosa actriz María Victoria. Por su parte, entre los hombres la costumbre eran los pantalones de pinzas y los sombreros hechos en Sonora, tal cual los usaba Pedro Infante en sus películas urbanas.

Por las noches, los jóvenes de los años cincuenta visitaban los cabarets que estaban en el Centro Histórico. Lugares majestuosos cuyos espectáculos eran protagonizados por los escotes de las vedettes del momento y donde a veces aparecía Agustín Lara detrás de un cigarro y un coctel.

En 1955, la vida en la Ciudad de México era un poco más ordenada que ahora. Para algunos peor, para otros mejor. Y aunque el pasado no regresa, aquí les dejamos a todos los que se dedican a cazar nostalgias de otras épocas estas dos asombrosas máquinas del tiempo.

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