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Hotel Sin Nombre: minimalismo mediterráneo, cultura y tradición oaxaqueña

Foto destacada: The Spaces

El Hotel sin nombre dedicó 4 años al rediseño de una casa del siglo XVII en Oaxaca.

 

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Se trata de una propiedad del arquitecto João Boto Caeiro y la artista Elliott Coon quienes crearon el Hotel Sin Nombre, de 24 habitaciones es una hábil mezcla de interiores sobrios y audaces florituras que reflejan los principios fundamentales de Gem & Bolt; la marca de mezcal artesanal que cofundó la artista.

El ingrediente que define el espíritu del Hotel Sin Nombre es la damiana, un arbusto nativo de la familia de la menta, ya que está diseñado para actuar como un antidepresivo natural, un baño de dulzura y hasta un afrodisíaco.

 

 

Boto Caeiro restauró esta fachada del siglo XVII, donde sobresale el patio central coronado con una cúpula que permite que entre la luz natural. Entre cactus en macetas, este precioso patio cuenta con asientos preciosos encima de una alfombra de lana oaxaqueña adornada con racimos de almohadas cosidas a mano.

En este patio los huéspedes disfrutan de desayunos, cócteles, exposiciones rotativas y actuaciones en vivo de músicos locales. También hay una biblioteca secreta con una selección de libros antiguos, y las interpretaciones recetarios vegetarianos de la gastronomía oaxaqueña.

 

 

El sitio destaca por sus paredes blancas y camas con plataforma de madera diseñadas por Coon. Las mantas son hechas a mano y bordadas por un colectivo de artesanos locales, así como los champús, acondicionadores y jabones locales en una botella de vidrio ámbar.

 

 

El Hotel Sin Nombre tiene un carácter discreto, pero tardaron más de cuatro años en reconstruir la estructura antigua, mantener la esencia original de los materiales tradicionales como arcilla, ladrillos hechos a mano, piedra caliza y madera.

La fachada está cubierta con pintura de tierra, y una azotea verde que hace deslumbrar el espacio con la biosfera de especies endémicas oaxaqueñas que atraen a las aves, mariposas, libélulas y más.

 

 

La pintura blanca fresca enfatiza las columnas y los arcos históricos, es el sello del edificio, además de la piscina de la azotea desde donde es posible disfrutar del atardecer en la cercana iglesia de Santo Domingo.

 o acurrucarse en el apartado rincón de lectura y escritura del hotel. En la planta baja, en Restaurante Sin Nombre, se sirven platos veganos y orgánicos según disponibilidad de temporada.

 

 

Hotel Sin Nombre, Oaxaca

Dónde: 20 de Noviembre 208, Centro, Oaxaca.

Cuando: todo el año

Cuánto: desde $3 000 pesos

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