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El inesperado hallazgo del telescopio Fecker en La Lagunilla (uno de los 10 en el mundo)

Sociedad Astronómica de México telescopio

El tianguis de la Lagunilla siempre aguarda sorpresas. Especialmente en las calles donde se vende antigüedades, nunca sabes en qué momento te encontrarás con una brújula que perteneció a marinos ingleses del siglo XIX, un carruaje traído desde Francia en épocas porfirianas, o incluso uno de los 10 telescopios Fecker que existen en el mundo. Esa es la historia del Fecker traído a México en los años 40 por Luis Enrique Erro, fundador del IPN y de la Sociedad Astronómica de México.

La SAM, fue una comunidad hermética conformada por intelectuales, físicos e incluso presidentes de la época misma que, en su ambición por mostrarle a la población mexicana las maravillas del cosmos, decidió crear el primer planetario en la Ciudad de México. Fue la segunda congregación de este tipo en el mundo. Figuras mexicanas lustrosas como Luis G. León, Justo Sierra, Guillermo Haro, Porfirio Díaz, Francisco I. Madero y el mismo Erro conformaron este grupo secreto que poseía uno de los telescopios más grandes y prominentes de la época.

Hasta la fecha, lo único que se sabe sobre el origen de este magno telescopio es que fue uno de los 10 diseñados por el estadounidense JW Fecker y hoy el único que todavía funciona. En la década de los 90, la Sociedad fue olvidada y no tardó sino hasta 20 años en reactivarse. En este periodo, las instalaciones en la colonia Álamos fueron también abandonadas, motivo por el cual, el telescopio fue robado sin que nadie lo hubiese notado. La sorpresa llegó cuando años más tarde, uno de los antiguos socios encontró el Fecker en los pasillos de concreto del tianguis de La Lagunilla.

Con un costo de 15 mil pesos, aquella persona que decidió mantenerse anónima llevó consigo el telescopio y lo donó a su lugar de origen. Nadie se había percatado de dicho ultraje pero en cuanto el gran Fecker regresó, se decidió restaurar y poner en exhibición para quien desee conocerlo.

Este telescopio posee un gran espejo principal con 30 cm de diámetro (lo cual es demasiado grande para su época) y una distancia focal de dos metros. El Fecker puede dar hasta 200 aumentos ópticos (esto quiere decir que el ojo observa directamente) y permite ver la cuarta o quinta parte de la Luna en el ocular; sus cráteres a detalle, entre otros increíbles fenómenos astronómicos, como cuando pasa un astro justo detrás de la Luna; Júpiter, sus manchas y sus cuatro Lunas, los anillos de Saturno y también la nebulosa de Orión.

Si aún no conoces el SAM y su maravilloso telescopio, único en el mundo, te invitamos a visitar sus instalaciones en Parque Coronel Felipe Xicoténcatl, esquina Isabel la Católica y Cádiz s/n, en la colonia Alamos. Además de éste y un precioso planetario, podrás encontrar talleres de bastante interés, como los de astronomía, astrofotografía y el taller para crear tu propio telescopio.

Fuente: Milenio

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